jueves, 14 de junio de 2012

Zonas francas en América Latina y el Caribe

Fuente: CSA-TUCA
El pasado 11 de junio, durante la Conferencia de OIT en Ginebra, CSI y ACTRAV organizaron una reunión sindical mundial sobre zonas francas de exportación.

De la reunión participaron sindicalistas de diez organizaciones de América Latina: FNT Nicaragua (José Antonio Zepeda); CUTH Honduras (José Baquedano), CTRN Costa Rica (Sergio Saborido), CUSG Guatemala (Carlos Mancilla); CNT Paraguay (Pedro Parra); CTD El Salvador (José María Amaya), CONUSI Panamá (Gabriel Castillo), CNTP (Mariano Mena), CGT Venezuela (Maritza Chireno y Humberto Ferrer), CGT Honduras (Humberto Lara). Por otras regiones lo hicieron sindicalistas de la India, Italia, Filipinas, y una extensa delegación africana (de trece países).

La coordinación estuvo a cargo de Isabelle Horfelin, encargada del tema a nivel mundial en CSI, con el acompañamiento de ACTRAV, representada por Hilda Sánchez.

CSI recordó que el programa sobre zonas francas fue concebido en el primer Congreso en 2006, en el marco de las preocupaciones sobre el impacto de la globalización en las condiciones de trabajo. En una primera etapa, se han realizado estudios y actividades formativas y estratégicas para el sindicalismo del sector en cinco países (Nicaragua, Togo, Madagascar, Marruecos y Nigeria), que se está prolongando a otros tres (Honduras, Haití e India). El objetivo es dar un mensaje de esperanza a los trabajadores del sector allì donde las condiciones de organización y negociación colectiva son difíciles, basándose en las experiencias positivas que ya se han desarrollado. Un objetivo central es la creación de una plataforma unitaria para el trabajo en el sector allí donde hay varias organizaciones nacionales, así como promover intercambios sindicales entre países vecinos, en relación a la misma empresa, lo que se está desarrollando en el caso centroamericano y caribeño (Honduras, Nicaragua, Guatemala, Haití).

Actualmente, el crecimiento del sector es explosivo, habiéndose registrado 3500 zonas francas en 130 países. Este desarrollo incluye una expansión hacia más sectores (puertos, agro, servicios, call centers) y con unidades de alto valor agregado (por ejemplo, industria aeronáutica), aun cuando las condiciones de trabajo siguen en estándares muy bajos. También se adoptan formas distintas a las iniciales, al incluir las “empresas francas”, que también se benefician de exenciones aun cuando no formen parte de espacios cerrados. Entre las empresas beneficiarias de este régimen, se encuentran cada vez màs empresas nacionales, y otras extranjeras de países del sur.

Durante la reunión, se presentaron varias experiencias nacionales, reseñándose a continuación las de origen latinoamericano. En relación a Nicaragua, FNT reseñó el proceso por el cual durante una década y media (1990-2006) las zonas francas eran “campos de concentración”, por la violación sistemática de los derechos laborales, lo que comenzó a modificarse en 2007, mediante una inspección del trabajo diferente, evitando que, como en el pasado, estuviera captada por las propias empresas. El gobierno sandinista también promovió el enfoque tripartito, con la creación de una mesa sectorial, para enfrentar la mala coyuntura del 2008, al iniciarse la crisis. Allí se determinaron condiciones salariales, sin que cambiaran las normas de producción, por lo que los aumentos fueron reales, a lo que se agregaron beneficios en el campo de la salud laboral, incluyendo el ataque a la contaminación por el uso de químicos. La negociación colectiva se extendió a todos los trabajadores, a pesar de que se afirmaba que esto debilitaría a los sindicatos. Sin embargo, el sandinismo sindical consideró que era el trabajo político de los sindicatos el que debía llevar, en paralelo, a aumentar la afiliación, y asì se hizo. Si bien las empresas inicialmente amenazaron con irse a otro país, el proceso se ha estabilizado en alrededor de 90000 trabajadores, y está llegando nueva inversión con mayor avance tecnológico.

Con relación a Guatemala, CUSG planteó un escenario diferente, ya que todos los intentos de organizar sindicatos en las zonas francas han sido rápidamente desarticulados mediante el maltrato verbal y los despidos sin preaviso. El papel gubernamental no colabora ya que, por un lado, ha establecido un salario mínimo inferior para las zonas francas y, por otro, la inspección laboral es deficitaria. También la justicia laboral, cuando falla a favor de trabajadores despedidos, no es respetada por los empleadores.

El sindicalismo piensa intentar nuevamente entrar a las zonas francas, pero lo hará cuando esté mejor preparado, en cuanto a la coordinación con las otras centrales y con una estrategia jurídica más desarrollada, para exigir la intervención del ministerio de trabajo.

En el caso de Honduras, CUTH coincidió con el diagnostico sobre los dos países mencionados, hay que las zonas francas son centros de explotación humana, la inspección laboral “no pasa de los portones”, y existe un salario mínimo regionalizado, que reduce el monto exigido en las zonas francas, lo que es resultado de una alianza del gobierno con los empleadores. Aun en este marco, se ha avanzado con la negociación de acuerdos con tres años de vigencia, y la formación de guarderías comunales pagadas por las empresas, que incluyen educación básica previa. Esto fue resultado de un trabajo de coordinación entre las tres centrales.

En Costa Rica, la CTRN describió la “venta” que se hace frecuentemente de la imagen de “suiza centroamericana” de ese país, en tanto que las condiciones laborales en las zonas francas son graves, destacando la existencia de cámaras de televisión para controlar al os trabajadores, la exigencia de exámenes previos a la contratación de las mujeres, y su repetición periódica luego, que lleva al despido ante situaciones de embarazos. En el plano sindical, también se encuentra solidarismo en las zonas francas. La modalidad de zona franca también se está utilizando para el negocio de los call centers, con igual práctica de “matar los sindicatos que nacen”.

Una intervención diferente fue la realizada por CISL Italia (Cecilia Brighi), la que comentó que el gobierno alemán ha propuesto que las zonas francas se instalen en países de la región, concretamente el sur italiano.

Por su parte, CSA recordó que el II Congreso ha aprobado una resolución sobre autorreforma sindical que destaca explícitamente a los trabajadores en zonas francas como un objetivo importante de organización y negociación colectiva, y que el GTAS va a comenzar a discutir casos nacionales concretos, destacando, entre otros, el nicaragüense, en cuanto a la aplicación del criterio “erga omnes” (para todos) de la negociación en este sector, que es un principio central del programa de autoreforma. Asimismo, señaló la existencia de casos nacionales en América Latina que corresponden a las dos situaciones especiales identificadas por CSI: el régimen promocional de exportaciones en el Perú, que coincide con el enfoque de las “empresas francas”, y la presencia de una empresa multilatina brasileña (del calzado) en las zonas francas nicaragüenses. Finalmente, propuso difundir que la Comisión de Expertos de OIT ha abierto un espacio para la promoción de un debate aplicado sobre zonas francas, al recomendar que los informes nacionales incluyan el tema. 

Escrito por Alvaro Orsatti, desde Ginebra