jueves, 31 de diciembre de 1998

Primeras reflexiones ante la herida del Mitch

Fuente: Envío


El huracán hirió toda la geografía hondureña. Sacó a flote el amor a la vida y la solidaridad y también el pecado estructural de esta sociedad. Es pronto para analizar la reconstrucción. Pero ya es válido y necesario reflexionar sobre los primeros 40 días de esta tragedia.



En la vorágine post-Mitch, mes y medio después del paso del huracán, siguen predominando todavía impresiones y análisis aún provisionales sobre todo lo vivido. Y lo vivido ha sido tremendo. Como un juicio de Dios, como un discernimiento histórico para todo el país, como una radiografía de la estructura social de Honduras.

Alerta: huracán grado 5

El viernes 23 de octubre, días antes de la entrada del Mitch a Honduras, supimos por los medios de comunicación de la formación de este peligrosísimo huracán. Grado 5, decían. Lo seguimos por TV, donde era sólo un torbellino rojo sobre el azul profundo del mar. Cada día se acercaba más a nosotros. Pero pensamos que pasaría de largo. Cuando por fin el lunes 26 golpeó a Guanaja, una pequeña isla de las Islas de la Bahía, todavía pensábamos que seguiría de largo hacia Belice, pero súbitamente cambió de rumbo y se lanzó feroz sobre la costa garífuna de la desembocadura del río Aguán, cerca de Trujillo. Los anuncios de los medios contribuyeron a salvar muchas vidas. Los que no habíamos vivido la furia del Fifí en 1974, fuimos alertados por quienes no habían olvidado aquella experiencia. La voz del Centro de Huracanes de Miami daba autoridad a los pronósticos preocupantes.

El Progreso: sube el Ulúa

En El Progreso, valle de Sula, comenzamos a sentir las lluvias torrenciales el miércoles 28. Para entonces, sabíamos que el huracán se había transformado en una tormenta tropical. Esto alivió algo el nerviosismo. Decían, sin embargo, que caerían 500 mm de agua. Significaba una gran cantidad, pero no nos dábamos cuenta de cuánto sería.

Cuando las aguas del río Ulúa comenzaron a subir, ayudamos a sacar a alguna gente que no tenía radio, menos TV, y no había oído nada sobre la peligrosidad del Mitch. No querían salir. No habían oído otra alerta que la de sus vecinos y no estaban convencidos. Cada año les sube el agua hasta debajo de las camas, y si salen de sus casas, sólo es al bordo de la pavimentada. Los sacamos casi a la fuerza. Gente tan pobre en una ciudad ya moderna, que la niña pequeña pegaba gritos cuando la subimos al carro en la noche. Nunca antes se había montado en un vehículo de cuatro ruedas.

Avalanchas de lodo y crecidas

En los cerros, junto a la ciudad de El Progreso, algunas gentes no pudieron escapar al peligro porque el desastre no se acercó lentamente, como sucede con la inundación de un gran río que va subiendo de nivel, sino que fue de repente en forma de una avalancha de tierra que los dejó sepultados. En la aldea de Las Minas, municipio de El Progreso, nueve miembros de una familia quedaron enterrados por una de estas avalanchas.
Otras gentes escaparon al escuchar el ruido de la quebrada, que bajaba de la montaña y arrasaba la comunidad. Así sucedió en La Guacamaya, aldea también cercana a El Progreso, que quedó devastada por el agua, el lodo, los palos y las piedras de una quebrada que en verano casi se seca. Pero allí no murieron ni cinco personas. Perdieron sus casas y sus cosas, pero lograron salir a tiempo. En otros lugares, como en un pueblo del municipio, en Urraco, la gente salió de sus casas a tiempo y logró evacuar a niños y a ancianos, pero quedaron todos reunidos como náufragos, sobre una colina, rodeados de agua por todos lados. Y ya no fue el agua del gran río Ulúa la que los amenazaba, sino la falta de agua, el hambre y la sed. Qué contradicción: morirse de sed en una inundación. Las aguas del río venían contaminadas.
Otras gentes, en esa misma área bananera, estuvieron subidas en las copas de los árboles o en los techos durante varios días haciendo señales con sus brazos a los helicópteros que pasaban evacuando a la gente. Uno de los peores peligros en esta zona rural fueron las serpientes venenosas -las barba amarillas-, que se trepaban a los mismos árboles que las personas.

Un "castigo" de la Naturaleza

Ante tan inesperado desastre, mucha gente pensó que Mitch era un castigo de Dios. No, era un castigo de la Naturaleza, herida por el capitalismo, hoy globalizado, que recalienta la atmósfera y destruye la capa de ozono, provocando fenómenos naturales que tienen más fuerza, peligrosidad y frecuencia que nunca antes. Pero, como todo tiene sus dos caras, también la comunicación, hoy globalizada, permitió la detección del huracán y fue capaz de comunicar las voces de alerta con mucha mayor precisión, rapidez y volumen que cuando el Fifí golpeó a Honduras en 1974. "Quizás a eso se debe que haya habido menos muertos ahora que entonces", decía un comerciante. Pero lo dijo sólo antes de que nos enteráramos de la desgracia de Tegucigalpa.

Como huracán y como tormenta

Como huracán, Mitch golpeó a la isla de Guanaja y a la costa del Bajo Aguán. Levantó techos, derribó casas, botó árboles y matas, dobló las milpas de los cerros. Mientras más alto el nivel del mar, los vientos del huracán en torbellino tenían más velocidad y eran más calientes. Los del lugar dicen que el cerro Calentura, detrás de Trujillo, quedó amarillo, como quemado, después del azote de esos vientos.

Ya convertido en tormenta tropical, Mitch se dirigió al sur atravesando todo el país, pasando por Tegucigalpa, Choluteca y Valle y saliendo por la frontera con El Salvador. Al perder la fuerza de sus vientos, Mitch acarreó una especie de enorme campana de lluvias torrenciales que descargaron su furia también sobre una parte del Norte y Occidente de Nicaragua. En Honduras, las lluvias cayeron sobre lugares muy dañados ecológicamente y sobre las amplísimas cuencas de los ríos atlánticos, que en el norte se rebalsaron impetuosamente formando lagunas que desbordaban sus aguas en el mar.

Geografía de la destrucción

Hubo una triple forma de agente destructor, que en algunos lugares se combinó y se reforzó. Primera: la inundación causada por el desbordamiento de los grandes ríos de los valles del norte. Por esto, quedaron completamente anegadas la ciudad de La Lima, entre San Pedro Sula y El Progreso, y el aeropuerto internacional de San Pedro Sula. Segunda: el arrasamiento causado por quebradas convertidas en ríos caudalosos que no cabían en sus cauces. Fue el caso del río Pelo, en El Progreso, que destruyó unas 200 casas del barrio Pénjamo, socavándolas hasta que caían. Y tercera: el derrumbe de las laderas, como sucedió en Tegucigalpa.

La geografía de la destrucción fue ésta: cubrió enteramente el Norte, el Centro, el Sur y el Oriente del país, en la frontera con Nicaragua. El Occidente sufrió menos. Las comunicaciones terrestres con Nicaragua se obstruyeron, pero no las que hay con Guatemala y El Salvador, por el Poy. A diferencia del Fifí, que sólo se ensañó en la costa atlántica, ahora sufrió todo el país, incluida su capital, Tegucigalpa, que quedó herida, con lo que esto significa de desorganización para el gobierno. Un solo ejemplo: el edificio del Ministerio de Educación quedó totalmente destruído, perdiéndose toda la documentación de los estudiantes, allí centralizada.

Un vidrio roto en mil pedazos

Tegucigalpa fue el punto con mayor concentración de daños. El río Choluteca partió a la ciudad en dos, Tegucigalpa y Comayagüela, y dejó en la mitad una inmensa laguna pestilente que cuarenta y cinco días después de la tragedia no acababa todavía de ser drenada.

Todo el país quedó fraccionado, como un vidrio que se hace mil pedazos. Puentes pequeños y grandes fueron destruidos, los derrumbes obstruyeron las vías y en algunos puntos, las carreteras, con su buena capa de pavimento, se hundieron en los ríos. Es impresionante acercarse al río Chancaya, camino a Yoro. Se habilitó el paso sobre la playa del río, porque la carretera desapareció completamente. Allí, no se trataba de limpiar un derrumbe, sino de que no había carretera. Desapareció, fue a parar al río.

La incomunicación aérea se produjo en el norte, al inundarse el elegante aeropuerto de San Pedro Sula, orgullo de los sampedranos en rivalidad con los tegucigalpinos. Las aguas de los ríos Chamelecón y Ulúa inundaron el valle y cuando el agua ya tenía una altura de metro y medio en el estacionamiento de vehículos del aeropuerto, rompió los gruesos vidrios de la terminal aérea, inundándose los mostradores de todas las compañías aéreas, las computadoras de migración, todo.

Muertos (6,600)
Desaparecidos (8,052)
Damnificados (1.400,000)
Heridos (11,000)
Casas destruidas y afectadas (220,000)
Puentes destruidos (169)

Comunidades desaparecidas:

Morolica, Orica, Santa Rosa del Aguán, Valle de Angeles, La Libertad, Bajamar.

Zonas devastadas:

Bajo Aguán, Valle de Sula, Islas de la Bahía, La Mosquitia.

Principales ciudades afectadas:

El Progreso, Guanaja, Tegucigalpa, La Lima, Tela, Choluteca, Roatán, Sabá, Santa Rita, Tocoa, La Ceiba, Comayagua, Santa Bárbara, San Pedro Sula, Trujillo, Pespire.

Son cifras elaboradas -aunque no se dijo así- como estimaciones. La realidad es que pasaron días y días y el ineficientísimo COPECO (Comité Permanente de Contingencias) nunca las desglosó por departamentos. Cuando los periodistas extranjeros comenzaron a exigir ese desglose, comenzaron a aparecer falsedades. En departamentos como Santa Bárbara, por ejemplo, en donde no había habido ni cincuenta muertos, la estadística oficial contabilizaba más de mil.

¿Cuántos muertos?

¿Qué sucedió? En los primeros días, COPECO resultó totalmente ineficaz y ofreció cifras muy bajas. Habló, por ejemplo, de sólo unos 375 muertos. Cuando era ésta la cifra, fue cuando se supo de dos acontecimientos gravísimos: la devastación en Tegucigalpa y el trágico deslave del volcán Casita en Nicaragua, responsible de miles de muertos. Al escuchar sobre la tragedia de Posoltega, en Nicaragua, en la TV hondureña se oyeron comentarios como éste: "No es posible que nosotros tengamos menos muertos". Y así, de la noche a la mañana, sin base ni desglose de las cifras, apareció el Presidente de la República decretando el 4 de noviembre que los muertos eran 6 mil 420. Después los subió a 6 mil 600. Por último, habló de más de 7 mil 500, cifra que quedó como definitiva. En esos momentos, protestar contra la inexactitud no era ni "patriótico", ni "solidario". Se impuso, pues, tomar las cifras como las de la Biblia, según su género literario… De todas formas, lo cierto era que la catástrofe había sido tan gigantesca que, aunque no lo fuera tanto por el número de muertos -tal vez oscilen, en realidad, entre 2 y 3 mil- toda expresión quedaba corta.
El Presidente de la República mintió, como mintieron después los miles que fabrican listas falsas para obtener más raciones de comida. La realidad es que el gobierno hondureño no tenía en esos momentos ni infraestructura ni organización para hacer el censo de las víctimas mortales. Aparentó que la tenía, y esa fue su mayor mentira. En el número de los damnificados, la estimación parece ser bastante acertada.

Avícola (6.593,000)
Banano (326.925.000)
Café (70.700,000)
Camarón (34.750,000)
Caña de azúcar (60.714,000)
Frutas (613,000)
Ganadería (102.600,000)
Granos básicos (74.400,000)
Hortalizas (2.165,000)
Leche (87.600,000)
Melón (32.408,000)
Palma africana (37,800,000)
Plátano (47.400,000)
Otros (12.752,000)
Total (897.420,000)

Los productores agrícolas dicen necesitar 1 mil 800 millones de dólares para reactivar su sector, pero sólo tienen disponibles para ello 880 millones de lempiras (64 millones de dólares). Las estimaciones que los agricultores hacen de sus pérdidas son bastante más altas que las que hace el gobierno en algunos rubros, en otros son más bajas, y en otros resultan equivalentes. Parece que en los análisis para evaluar los daños, han sido los empresarios vinculados a los rubros de mayor valor quienes han tenido la voz cantante, mientras que los campesinos, que son los grandes productores de los granos básicos, han estado ausentes.

El desempleo que los daños en el sector agrícola va a generar es muy alto, especialmente en el rubro del banano. La bananera Tela Railroad Company ha sido autorizada para suspender durante 120 días a 7 mil 433 de sus empleados en el valle de Sula y la Standard Fruit a otros 5 mil 47 en el valle del Aguán. Otras empresas vinculadas con las bananeras también fueron autorizadas a suspender a otros 2 mil 695 trabajadores. En total, 15 mil en números redondos.

Desempleo y pérdidas

Al 25 de noviembre, el Ministerio del Trabajo declaró haber autorizado en total 22 mil 82 suspensiones laborales. Las 7 mil restantes pertenecen a fábricas que aducen haber tenido daños en su infraestructura: las maquilas Cheil (1 mil 173 trabajadoras) y Mikwang (812) en La Lima; la empresa de leche y jugos Leyde en La Ceiba (390), la fábrica de confites Venus en Comayagüela (23), Operaciones Hoteleras en San Pedro (95) y otras.

Se trata, en este caso, de datos muy exactos, pero no debe suponerse que la suspensión equivalga, de hecho, al paro de labores. Las dos maquilas mencionadas han seguido trabajando. Según declaraciones del canciller guatemalteco durante la Cumbre de cancilleres centroamericanos celebrada el 25 de noviembre, al cumplirse casi el mes del desastre, la región necesitará 4 mil millones de dólares para la reconstrucción en los próximos 4-5 años. Más de la mitad de esa abultada cantidad corresponde a la reconstrucción de Honduras.

Luchando por la vida

Durante el desastre, se luchó de muchas maneras para defender la vida. Las energías surgieron de lo más profundo, de la necesidad de vivir y del deseo de que otros vivan. Hubo todo tipo de expresiones de esa fuerza, desde las más personales hasta las más colectivas.

Primero que nada, la lucha por la propia existencia. Conocido en el mundo entero fue el ejemplo de la maestra garífuna de Barra del Aguán, Isabela Arriola, de 36 años, que permaneció agarrada durante una semana a una balsa de troncos, comiendo cocos que flotaban en el mar y abriéndolos con los dientes, hasta que fue hallada por un barco inglés, desfallecida, a 120 kms de la playa. Entrevistada después del rescate, dijo que había hallado fuerzas para resistir porque hablaba con Dios, hablaba con sus antepasados y durante algunos días habló también con un pato que nadaba a su lado y al que le puso nombre para dialogar con él.

El rescate y la evacuación de las gentes que quedaron atrapadas en medio de las quebradas, aún a riesgo de perder la propia vida -porque a veces ni un lazo había donde agarrarse-, fue una señal de enorme heroísmo y generosidad que se multiplicó por todo el país. Se rescató a niños y a niñas de las aguas que crecían. Se rescató en balsas improvisadas o lanchas a gente aislada que pasó varios días sin comer ni beber agua limpia. Y en la etapa posterior a la emergencia, se rescató a cientos de cadáveres enterrados por las avalanchas de lodo.

Luchando por el techo

Otra señal de gracia y de lucha por la vida se dio en el acto de albergar a personas que vieron derrumbarse, dañarse o inundarse sus casas. Hospitalarias, se abrieron las casas particulares, las iglesias, las escuelas, los gimnasios y otros muchos edificios, transformados en albergues de damnificados, especialmente de las ciudades.
En los refugios de las ciudades más grandes -Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba y El Progreso- se juntó la pobrería desharrapada y hambrienta, con los pies hinchados por la humedad y los hongos, con los ojos cebados con conjuntivitis. En El Progreso se organizaron casi 150 albergues, que durante tres o cuatro días se fueron llenando de gente, según iban siendo evacuados de las zonas inundadas.

Luchando por la comida

Después se inició otro capítulo de la lucha por la vida, buscando comida, agua, utensilios de cocina y ropa para miles y miles de gentes. Las iglesias, las cámaras, el municipio, personas particulares, comenzaron a comprar comida para alimentarlas con lo básico: arroz, frijol, harina para las tortillas, azúcar, café y sal. Las empresas de agua regalaron bolsas de agua purificada. La población entregó la ropa que le sobraba o que no le era tan necesaria. En El Progreso, Radio Progreso se convirtió en centro de donaciones. En muchos municipios pequeños se dio una inmediata alianza entre las iglesias y la alcaldía para repartir los víveres. En las ciudades surgieron muchas iniciativas que a veces duplicaban la ayuda en los mismos lugares. La organización CARE tuvo durante unos días su propia bodega y distribuía a cualquiera que llegara con las listas de los alimentos que necesitaba. El primer momento fue de gran desorden y confusión, pero de mucha solidaridad.

En las ciudades bananeras, como La Lima y El Progreso en el valle de Sula, y Sabá y Olanchito, en el Aguán, la gente buscó instintivamente el alimento: el guineo verde que había quedado en las matas y que ya no se podría exportar. Las empresas hicieron la vista gorda. Cientos de hombres salían con su racimo al hombro o con bicicletas cargadas hasta con tres racimos. Asistimos a la lucha por el alimento en la desesperación de la suma necesidad, cuando el derecho a la propiedad privada desaparece ante otro derecho más elemental: el derecho a la vida.

Luchando por el vestido

En un parque industrial de maquilas, en La Lima, sucedió algo parecido con la ropa, un desborde popular que pudo tener consecuencias funestas. Al saber la población de la zona que la maquila se había inundado y que había muchas piezas de ropa nuevas, enlodadas y empapadas, cientos saltaron las cercas de la fábrica y entraron a rescatar las prendas antes que la fábrica se deshiciera de ellas, quemándolas o botándolas en los basureros, como hacen en tiempo normal con las piezas imperfectas. La ropa arruinada con las inundaciones no servía ya para la exportación, y tampoco se podía vender en el país, pues las maquilas no pagan impuestos. La gente se sintió con derecho a apropiarse de toda esa ropa. No fue pillaje, fue justicia.

Luchando por la comunicación

Otra señal de lucha por la vida en esos días de emergencia fue el afán de lograr comunicación por la vía telefónica -cuando existía esa posibilidad- o por Internet con el exterior, para informar a parientes, amigos, ONGs, iglesias, de lo que había sucedido y de las necesidades. Esta comunicación sirvió para solicitar ayuda de emergencia, para montar proyectos y, en la confianza del apoyo prometido que recibiríamos del exterior, para gastar sumas de dinero en la alimentación de la gente. Fue también en esos primeros momentos cuando el Presidente Carlos Flores solicitó la condonación de la deuda externa de Honduras, y pidió abiertamente al gobierno de Estados Unidos que suspendiera la deportación de hondureños ilegales, lo que el gobierno Clinton aceptó temporalmente.

Solidaridad mundial

La respuesta solidaria de los otros países comenzó a sentirse casi de inmediato. Primero, en dinero que llegaba a cuentas abiertas en bancos nacionales, los que resultaron sumamente ineficaces para brindar información rápida de los donantes. Luego vinieron víveres, medicinas, ropas y quién sabe cuántas cosas más que apenas están comenzando a llegar al país.
Los pueblos de dos países se mostraron especialmente generosos: el de España y el de Estados Unidos. La solidaridad del pueblo estadounidense tuvo una veta nueva, que no se había mostrado en la década de los 80: la solidaridad de los inmigrantes. Los centroamericanos que viven en Estados Unidos se preocuparon de una manera sorprendente de sus hermanos de la región. La Honduras de Estados Unidos respaldó a la Honduras de Honduras.

En España, las recaudaciones de unos días superaron a las de períodos más largos en solidaridad con las oleadas de refugiados que escapaban de las masacres de Ruanda. ¿Por qué? Tal vez porque España y Honduras tienen la misma cultura y lengua, tal vez porque en el dolor de esta hora se resucitaba el sueño ya dormido de Centroamérica, quizás porque por ser un desastre natural era fácilmente entendible el drama, quizás porque la noticia se mantuvo en evolución y con un crescendo dramático durante varios días antes de dar a conocer su devastador desenlace. No adivinamos aún qué tipo de política informativa movió a los medios de comunicación globales a darle tal relevancia a Mitch.

Aliviando la deuda

Los gobiernos, siguiendo cada uno su propio perfil e interés político, comenzaron a responder. "México siempre es el primero, como México no hay dos", se dijo en Honduras y hasta se le perdonó su victoria sobre la selección de fútbol hondureña. México concentró su ayuda en Tegucigalpa con máquinas e ingenieros. Después llegaron Japón, Cuba, Estados Unidos, Francia... Francia le canceló a Honduras su deuda bilateral: 119 millones de dólares. Holanda condonó los intereses y la amortización de la deuda bilateral: 1 millón 100 mil dólares. Otros países anunciaron la cancelación: España (32.5 millones) y Canadá (13.5) y prometieron apoyar la condonación de la deuda multilateral en los foros correspondientes.

Desfile de personalidades

Después de la solidaridad material enviada, comenzó el desfile de las personalidades extranjeras. George Bush, quien se dijo que quedó "consternado". A saber. Tipper Gore, que dio un ejemplo de humildad durmiendo en un albergue. El guapo Príncipe de España, Felipe de Borbón, que conmovió a muchas jóvenes. Luego, Jacques Chirac y Hillary Clinton, que llegaron el mismo día, estorbándose en la proyección de sus imágenes. Después, el Canciller cubano Roberto Robaina y a los dos días, Michel Camdessus en persona, que llegó diciendo: "No se obsesionen con la condonación, vean más allá, vean la reconstrucción". Les siguieron el Secretario General de la OEA, el Presidente del BID y la esposa de Zedillo, de quien no se dijo en los titulares de los diarios ni su nombre, sólo el de su esposo.
En una segunda oleada de solidaridad, ya casi superado el primer momento de la emergencia, llegaron muchísimos hondureños y hondureñas que viven en el extranjero a visitar a sus parientes, con cajas en las que traen lo más necesario y muchos regalos. Son un pre-anuncio de los tradicionales retornos de los que emigraron a Estados Unidos y vuelven a casa en la Navidad. El aeropuerto de San Pedro Sula, ya restablecido, está abarrotado de estos viajeros.

La imagen presidencial

Con los visitantes internacionales, el Presidente de la República, Carlos Flores, ha levantado su imagen. Poco a poco, y con la emergencia, la imagen de su esposa, la estadounidense Mary Flakes, ha ido sustituyendo a la del Presidente, hasta llegar a convertirse en una especie de hada madrina. Con su bella y distinguida figura, simboliza la unión entre la solidaridad de los países amigos y las necesidades de Honduras. Para reforzar este símbolo, se la presenta en los medios repartiendo bolsas a los damnificados, incluso en los municipios en donde el gobierno no ha agilizado el acopio de víveres. Ella encarna y representa a la Fundación María, institución que su esposo pretende llenar de un contenido cuasi religioso ante el pueblo.

Flores, dueño del periódico La Tribuna, es muy consciente del poder de la imagen. Esto le ha llevado a promover símbolos y a ejercer un fuerte control para impedir que aparezcan expresiones de protesta que puedan empañar la imagen de su gobierno en el extranjero o que puedan desestabilizar al pueblo.

¿Castigo de Dios?

No sólo ha habido señales de vida, de gracia y de solidaridad. También ha habido señales de oscuridad y de pecado. La primera y más grande es la apabullante pobreza y desnudez de los damnificados. La catástrofe golpeó a los pobres. Y puso al desnudo la estructura de pecado con la que convive la sociedad hondureña, que no es una excepción en Centroamérica. Cuando el pueblo espontáneamente interpreta que Dios lo ha castigado con el huracán, quizás expresa la conciencia de que este pecado de desigualdad y de injusticia merece castigo y lo tiene en esta tragedia. Tragedia misteriosa y pascual, porque, al igual que en la Pascua, es el inocente -el pobre- quien recibe el castigo. Pascual, porque la mayor tragedia del universo fue la muerte de Dios, ahogado en el abismo de los pecados del mundo. La esperanza es que este pueblo, pobre e inocente, que se siente castigado vicariamente por los pecados de todos, sea fuente de misteriosa redención para todos.

Sin señales de corrupción

Otra señal de oscuridad: la violencia. Casi inmediatamente después de la destrucción de Tegucigalpa, hubo generalizados actos de pillaje, que obligaron al gobierno a decretar el toque de queda hasta fines de noviembre, lo que contribuyó a disminuir la violencia. Algunos aprovecharon el "río revuelto" para saldar cuentas, como en el caso del atentado del narcotráfico contra un jefe antidrogas y en el de un par de asaltos a bancos que quedaron oscurecidos en las noticias. También hubo violencia en las cárceles de Tegucigalpa por las condiciones de riesgo y desesperación en las que viven los reos y se dieron fugas masivas de presos.

Señales de corrupción en el manejo y distribución de las ayudas internacionales no han aflorado, a excepción de un oficial de bajo rango que en los primeros días de la emergencia desvió un cargamento con la complicidad de un superior. Fue apresado y al caso se le dio mucha notoriedad, buscando mostrar que no se toleraría ningún tipo de corrupción en el gobierno.

En una entrevista con un periodista extranjero, el Presidente Flores apareció titubeando cuando le preguntaron qué seguridad daba él de que la ayuda llegaría a los más necesitados. No era una pregunta vana. Antes del Mitch, Honduras acababa de ser clasificada por la organización Transparency International nada menos que como la tercera nación con más corrupción del mundo. Pero no ha sido, ciertamente, la corrupción lo que ha caracterizado este momento de Honduras. Muy lejos estamos aquí de la Nicaragua de Somoza post-terremoto de 1972. En esta hora, la nota más negativa para el gobierno es su centralismo y su alejamiento de la sociedad civil, incluso de grupos políticos de su mismo partido, por no estar integrados por personas de confianza del Presidente.

Rehaciendo las vías

A comienzos de diciembre, estamos ya en la etapa de la rehabilitación, ubicada entre la etapa previa de emergencia y la posterior de reconstrucción. Ha sido ejemplar en Honduras la velocidad y el esfuerzo en restablecer las comunicaciones por tierra. Honduras, el país con las mejores carreteras de Centroamérica, no podía permanecer fraccionado si quería sobrevivir al desastre e iniciar la normalidad. Todavía se estaba evacuando gente de los campos bananeros inundados, cuando ya la población estaba buscando cualquier manera, hasta las más primitivas, para comunicarse desde las aldeas con las ciudades. Algunos hicieron balsas de troncos para salir hasta la ciudad de El Progreso, montando sobre ellas sus bicicletas y utilizando éstas en las veredas de los bordos. Algunas comunidades hicieron puentes de tablas y troncos y cobraban el paso a los vehículos. En los pasos más difíciles los cuatro por cuatro se tiraron a las quebradas ya bajas. Luego vinieron tractores. Y ya pudieron pasar camiones y buses, aunque mojándose las llantas.
Los derrumbes fueron abiertos. Uno de los puentes más destruidos,el del río Cangrejal entre Ceiba y Trujillo, fue increiblemente rehecho con movimiento de tierras, reencauzando el río por un cauce estrecho. El paso a Yoro fue habilitado en tres semanas por los madereros y por obras públicas a través de un trayecto de varios kilómetros por la playa del río. Todo provisional, todo rehabilitación. Después vendrá la reconstrucción.

Rompiendo el aislamiento

De varias maneras, las grandes troncales de Tegucigalpa al Sur, de Tegucigalpa a San Pedro Sula y de San Pedro Sula a Trujillo fueron rehabilitadas rápidamente. Sin esas comunicaciones abiertas, la capital del país se quedaba sin combustible. Tuvo que ser racionado en los primeros días.
Cuando las aguas bajaron, el aeropuerto de San Pedro Sula fue rehabilitado. La pista se había conservado en buenas condiciones. La zona militar se abrió primero al tráfico de aviones pequeños hacia Tegucigalpa. Pronto, comenzaron a aterrizar aviones grandes con ayuda y con brigadas extranjeras. Después, se limpió el aeropuerto y pronto comenzó a funcionar, aunque sin aire acondicionado. En las blancas paredes queda la marca del nivel que llegó a alcanzar el agua: la altura de los hombros de una persona alta.

Luchando por la luz y el agua

La energía eléctrica fue parcialmente rehabilitada en algunos lugares. Un problema serio es que los postes de la luz no pueden sembrarse en terrenos flojos que puedan derrumbarse. Las plantas domésticas de diesel, tan frecuentes en Honduras, un país muy acostumbrado a los apagones, entraron a funcionar en la emergencia, mientras la represa El Cajón, siempre a punto de quedar seca, llegó a su nivel máximo con las lluvias, augurando un buen año de energía.

También fueron poco a poco rehabilitados los sistemas de agua potable, dañados por el rompimiento de las represas o de las tuberías. En Tegucigalpa y en las grandes ciudades el problema del agua potable se ha hecho muy crítico y persiste en más de un 25% de las colonias de la capital. Se trata de solucionar el problema acarreando agua para el consumo humano en pipas. En las aldeas rurales o en las ciudades donde las quebradas se han limpiado las mujeres salen a lavar ropa en esas aguas turbias.

Una tarea muy dura durante la etapa de rehabilitación está siendo la de limpieza de los solares y de las casas cubiertas con un metro o más de lodo. En algunas aldeas se han organizado brigadas de trabajadores que van de casa en casa ofreciéndose a realizar este trabajo a cambio de comida. En las ciudades, el trabajo en común es más difícil de organizar y todavía no existe una decisión municipal sobre la seguridad que ofrecen muchos de los terrenos que quedaron inundados. El drenaje del lago que se incrustó en la mitad de Tegucigalpa es otra lenta tarea de rehabilitación iniciada con la ayuda de maquinaria y brigadas extranjeras.

La política en el desastre

Desde el 19 de noviembre hasta el 2 de diciembre se aprobaron en el Congreso varias leyes, casi siempre de noche y tras una sola lectura hecha por los congresistas de prisa y sin que el público conociera el contenido de las leyes ni siquiera resúmenes de las mismas. Incluso, se reformaron dos artículos constitucionales, que deberán ser aprobados definitivamente en una segunda legislatura.
Algunas de las leyes aprobadas tienen como finalidad la agilización de las inversiones, como la Ley de Concesiones y la Ley de Minería, que estaban desde hace tiempo esperando turno. Otras están orientadas a concentrar el poder en el Presidente en detrimento del Congreso, como la Ley de Facilitación Administrativa. Estas leyes se han aprobado a la carrera, con la inicial oposición del Presidente del Congreso, que reclamó por los ritmos acelerados, pero que terminó sometiéndose al lineamiento del gobierno y a la presión de la empresa privada y de los bancos internacionales, que exigen celeridad para llevar a cabo los planes de reconstrucción.
De la Ley de Facilitación Administrativa surgió el Gabinete de Reconstrucción, formado por cuatro ministros de plena confianza del Presidente Flores: el Ministro de la Presidencia, Gustavo Alfaro; el Ministro de Obras Públicas, Tomás Lozano; la Ministra de Finanzas, Gabriela Núñez; y el Ministro de Cooperación Internacional, Moisés Starkman. Les corresponde armar un plan maestro de reconstrucción, determinar los proyectos prioritarios, captar el financiamiento para esos proyectos y decidir las acciones para ejecutarlos.
Este Gabinete preparó el Plan Nacional de Reconstrucción que Honduras presentó en Washington ante los organismos financieros internacionales y los países cooperantes.

Flores fortalecido

El Presidente de la República ha salido fortalecido con estas leyes. Según la Ley de Concesiones, puede licitar obras en concesión sin necesitar para ello la aprobación del Congreso. La Ley de Facilitación Administrativa le faculta para la creación del Gabinete de la Reconstrucción ya mencionado y de gabinetes sectoriales, pudiendo reordenar el gasto público y modificar las asignaciones del presupuesto vigente durante el receso del Congreso. También se le dan facultades al Poder Ejecutivo para celebrar en forma directa y suscribir contratos para realizar obras de infraestructura, para hacer consultorías y para comprar bienes y servicios durante el período de emergencia.

El presidente Flores también se benefició políticamente de la trágica muerte de César Castellanos, el Gordito, el 1 de noviembre, cuando, en viaje de inspección, sobrevolaba el desastre de Tegucigalpa y se estrelló el helicóptero en el que viajaba. El fallecido alcalde de Tegucigalpa tenía aspiraciones presidenciales, contaba con bastante respaldo popular y con la alianza de un ala de los liberales, que pensaban apoyarlo en su candidatura presidencial contando que en el siguiente período el Gordito apoyara al candidato de ellos.

Polémica reforma constitucional

El poder del Presidente Carlos Flores no tiene bases, sólo se deriva de la cúpula del poder, lo que podría llevarlo con facilidad a establecer una dictadura. No sin razón se le ha tildado de tener las mismas intenciones que el peruano Fujimori. Nunca, sin embargo, disolvería el Congreso, porque no le hace falta. Lo sabe manipular.

Una de las últimas decisiones tomadas en el Congreso fue la reforma del artículo constitucional 107, aprobada también en la noche y a la carrera. Con esta reforma se permite a los extranjeros adquirir propiedades en los límites costeros para desarrollar en ellos proyectos turísticos. La infraestructura turística quedó prácticamente intacta y es uno de los rubros -consideran los empresarios- que puede ayudar a levantar la economía.
La posibilidad que ha abierto la reforma constitucional había sido fuertemente cuestionada por los garífunas, que tienen sus comunidades en las playas de la costa atlántica. Ahora, mientras los garífunas se encuentran seriamente postrados por los destrozos del huracán -la comunidad garífuna de Barra del Aguán fue una de las que contabilizó más víctimas-, el Congreso aprobó a la carrera la reforma, sin tener en cuenta los compromisos de negociación previa.
Sólo un diputado, Matías Fúnez, del nuevo partido UD, tuvo el coraje de votar en contra de una reforma que lesiona la soberanía patria. Hasta el mismo Ministro de Relaciones Exteriores, que había participado en las discusiones y negociaciones en torno a esta reforma, protestó por la forma como pasó la ley.
Mientras las otras leyes aprobadas durante la emergencia han sido tragadas por la opinión pública sin mayores problemas, por ser bastante técnicas, la reforma constitucional -que venía despertando mucha discusión- puede convertirse ahora en un aldabonazo a la conciencia del país para que despierte y luche porque en el "río revuelto" no predominen las ganancias de algunos "pescadores". Habrá que ir despertando para retomar algunos hilos de antes del Mitch. Por ejemplo, las luchas populares que indígenas y negros iniciaron este año en torno a la conmemoración del 12 de octubre. 

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Ricardo Falla

viernes, 11 de diciembre de 1998

Huracán Mitch: patronal y sindicatos textil acuerdan donación a la Cruz Roja

Fuente: EFE

Los sindicatos (CCOO y UGT) y la patronal del sector textil español (Consejo Intertextil) han firmado hoy un acuerdo con Cruz Roja para ayudar a las víctimas del huracán Mitch.
El secretario general de Cruz Roja, Leopoldo Pérez Suárez, explicó a Efe que se trata de una "acuerdo sin precedentes", en el que los empresarios y sindicatos se comprometen a organizar una recaudación en el sector textil para donarla a las víctimas del Mitch.
El dinero recaudado se donará a Cruz Roja para que esta organización pueda continuar con sus trabajos de reconstrucción de los cuatro países centroamericanos afectados (Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua).

martes, 1 de diciembre de 1998

Los trabajadores bananeros y el huracán Mitch

Fuente: porExperiencia, publicación trimestral de los Delegados y Delegadas de Prevención de CCOO

Decenas de miles de trabajadores bananeros centroaméricanos y sus familias enfrentan un futuro difícil e incierto con las secuelas del huracán MITCH. MITCH arrasó casi la totalidad de la cosecha bananera hondureña, la mayor parte de la nicaragüense y una parte de la de Guatemala. Se han perdido vidas de los trabajadores y sus familiares. Los que sobrevivieron no sólo se enfrentan ahora a una situación de emergencia, sin hogar, con escasos alimentos, con problemas para abastecerse de agua potable, sino que también les aguarda un futuro muy inseguro como trabajadores bananeros. 

Peligra la continuidad de las plantaciones.
Mientras las empresas bananeras en general han reaccionado bien ante la emergencia aportando ayudas, existen versiones contradictorias acerca de cómo responderán a la rehabilitación a largo plazo de las plantaciones. Algunas han declarado públicamente que tienen intención de quedarse (tal es el caso de Chiquita en Honduras) pero no ha habido declaraciones respecto al porcentaje de plantaciones que serán rehabilitadas. También han circulado rumores de que algunas empresas amenazan con abandonar si los trabajadores no hacen ciertas concesiones en pago a la actitud de la compañía. Se ha informado que en algunos países las compañías bananeras han despedido a trabajadores y reducido las ayudas médicas. Tampoco está claro si las multinacionales van a tener una misma política en todos los países, pues una misma empresa puede responder de manera positiva en un país pero no queda claro cual va a ser su actitud en otro.
En resumen, no se ha podido establecer un criterio claro sobre cuál va a ser la respuesta de las empresas tras el desastre. La falta de información precisa se debe a un conjunto de problemas, uno de los cuáles es el hecho de que los líderes sindicales bananeros trabajan día y noche para hacer frente a las necesidades más inmediatas de los trabajadores y que las oficinas de las empresas y sus sistemas informáticos en Honduras han quedado destruidos.
¿Qué piden los sindicatos?
Los líderes sindicales solicitan que se inste a Chiquita, Fresh Del Monte y Dole, las principales empresas bananeras, a:
  • Comprometerse por escrito a rehabilitar lo más pronto posible las plantaciones dañadas por el huracán MITCH.
  • No utilizar el chantaje de abandonar las plantaciones para forzar a los trabajadores a hacer concesiones.
  • Suministrar asistencia, ayuda médica u otros tipos de ayuda de emergencia y un nivel mínimo de ingresos para los trabajadores.
  • Respetar todos los convenios de la OIT respecto a los derechos de los trabajadores.
  • Asegurar que sus proveedores apliquen medidas similares.
El 12 de noviembre Chiquita celebró una reunión con la Coordinadora Sindical de Trabajadores Bananeros Americanos (COLSIBA) en Guatemala. La reunión había sido programada antes del huracán para discutir temas laborales, pero MITCH fue añadido a la agenda. Los dirigentes de la coordinadora dijeron que se tomaron pocas medidas o acciones concretas, pero Chiquita se comprometió públicamente a permanecer en Honduras y Guatemala (no tiene plantaciones en Nicaragua).

Después del Mitch, la solidaridad

Fuente: CIOSL

Nunca antes en la historia centroamericana la naturaleza se desencadenó con tal ferocidad sobre esa región del continente americano. El ciclón Mitch dejó tras su paso un panorama desolador de destrucción, ruinas y muerte.

En Honduras, el país más afectado, hay cerca de dos millones de damnificados, 7.000 muertos y 12.000 desaparecidos. En total, para los cuatro países de América central (El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) la cantidad de damnificados supera los tres millones, murieron cerca de 12.000 personas y hay más de 20.000 desaparecidas. El costo de los daños ocasionados por el Mitch se cuenta en años de producto interno bruto para los países afectados. Al mismo tiempo, esos países están agobiados por el peso de una deuda externa que hoy se ha hecho ya insoportable. "Mientras que los organismos de ayuda pedían a los gobiernos que otorgaran planes de socorro para la región de la catástrofe, Nicaragua y Honduras tenían que desembolsar diariamente más de dos millones de dólares para reembolsar la deuda contraída con esos mismos países", reveló la CIOSL que, con su organización regional para las Américas, ORIT, reclamó que se condone la deuda de esos países. La deuda externa de Honduras se triplicó desde 1980 y llegó en 1996 a los 4.500 millones de dólares. Nicaragua, el país más endeudado de la región, debe a sus acreedores cerca de 6.000 millones de dólares, cuando su ingreso por habitante se sitúa por debajo de los 700 dólares mensuales. Además de este reclamo, las organizaciones sindicales lanzaron también un programa de ayuda para contribuir a la reconstrucción de los países devastados. Este esfuerzo deberá continuar durante varios años.
Por David, Natacha

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* CCOO integra la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres - CIOSL

jueves, 19 de noviembre de 1998

Honduras trata de evitar robos y despilfarros de la ayuda internacional

Fuente: El País


Ha tenido que llegar un desastre como Mitch para que Honduras salte del olvido al corazón de la humanidad. La ayuda internacional fluye sin parar hacia esta tierra arrasada. En medio de la solidaridad, los donantes experimentan preocupación por el destino final de sus aportaciones. No son los únicos. El propio Gobierno hondureño ha encargado a las organizaciones civiles la distribución de la ayuda y ha establecido mecanismos de control con la participación ciudadana. Su credibilidad, y la del país, están en juego.
La inquietud internacional está alimentada por las tristes experiencias vividas en Centroamérica. Los terremotos que asolaron Guatemala, en 1976, y Nicaragua, en 1972, llenaron los bolsillos de un puñado de miserables, amparados en la impunidad que les brindaba su poder político. El recuerdo del huracán Fifí, que golpeó a Honduras en 1974, también supura. "Los militares se robaron lo que pudieron, y muchos damnificados se quedaron con las manos vacías", explica Nelson, un profesor de instituto.La situación ha cambiado sustancialmente. Las dictaduras centroamericanas han dado paso a democracias que, si bien aún endebles, ofrecen contrapesos (desde partidos políticos a medios de comunicación) nunca antes conocidos. Y los países donantes hacen un seguimiento más intenso sobre el terreno.
Con estos elementos, el Gobierno de Honduras ha diseñado una estrategia para luchar contra la corrupción. "La mejor forma de lograr transparencia es que la sociedad participe", afirma Moisés Starkman, ministro de Cooperación Internacional. "Hemos trazado un esquema muy abierto, que posibilite lo que llamamos la auditoría social. Cualquier persona o institución que haga algún donativo es bienvenida a hacer el acompañamiento".
El primer paso ha sido tratar de mantener a los organismos oficiales al margen del manejo de la ayuda. Para ello, el presidente, Carlos Flores, ha pedido a los grupos y países donantes que canalicen sus aportaciones a través de embajadas y organizaciones civiles y religiosas, de forma que el papel del Gobierno se reduzca a darles la entrada oficial.
Así, dos grandes entidades se encargan de la distribución de la comida: el Programa Mundial de Alimentos (PAM) y la estadounidense Care, que cuentan desde hace años con redes consolidadas en el país. El mismo patrón sigue Médicos Sin Fronteras, que trabaja en coordinación con las autoridades locales, pero controla sus programas y donaciones.
Cuando no hay organizaciones privadas, es el Comité Permanente de Contingencias (Copeco), integrado por instituciones oficiales e independientes, quien distribuye la ayuda mediante los Comités de Emergencia regionales y municipales. "Ahí participan todos: alcaldes y oposición", dice Starkman.
Sea cual sea la vía de distribución, la Secretaría de Finanzas y la Contraloría General llevan un registro de las donaciones que llegan al país. Las listas, publicadas regularmente en los periódicos, incluyen desde los cargamentos de pañales hasta las toneladas de frijol. "En todos los puntos de entrada al país, centros de acopio y destinos finales hay inspectores fiscales y auditores. Hemos incorporado incluso brigadas de estudiantes universitarios", afirma Vera Rubí, secretaria de la Contraloría.
El lunes mismo, las autoridades abrieron un teléfono para denuncias de manejo irregular, negligente o discriminatorio de la ayuda. Ramón Custodio, el más combativo luchador por los derechos humanos en Honduras y crítico implacable del poder político, observa ilusionado el proceso. "Los pasos que ha ido dando el presidente son muy claros. Es imposible seguir toda la ayuda, pero todos estamos haciendo muchos esfuerzos por evitar la corrupción. El único caso grave del que hemos tenido conocimiento ha sido el de un teniente de la Brigada 105 de San Pedro Sula, que intentó desviar un camión de ayuda y ya está encarcelado". En medio de la desgracia, piensan muchos, quizás Mitch haya sembrado en Honduras la semilla de una auténtica revolución moral.

miércoles, 18 de noviembre de 1998

Desaparecido cooperante español

Fuente: EFE

El español Manuel Cota Cabanillas, de 41 años, ha sido dado como desaparecido en Honduras tras los destrozos que causó en este país centroamericano el huracán "Mitch", informó hoy, miércoles, la embajada de España en Tegucigalpa.
Cota Cabanillas trabajaba en un proyecto del Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP) en materia de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
Desde el pasado 29 de octubre se desconoce su paradero, según una escueta información de la Embajada, que precisa que algunos familiares de Cota Cabanillas han llegado a Tegucigalpa desde España.
La cifra de desaparecidos en Honduras a causa del "Mitch" ronda las 8.000 personas, según fuentes oficiales de este país centroamericano, donde el fenómeno ha causado al menos 6.600 muertos.

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A día de hoy, son varios los españoles comprometidos con el desarrollo de la región que fallecieron en Honduras

Desde este blog, un sencillo pero sentido recuerdo:
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Manuel Cota Cabanillas era natural de Córdoba e vivira en Sarria (Lugo), onde seu pai era funcionario da Renfe. Este enxeñeiro técnico Industrial e funcionario da Xunta (técnico do Centro de Seguridade e Hixiene de Lugo, da consellería de Traballo), falece en Honduras en outubro de 1998 con motivo do furacán ‘Mitch’, sen que apareza o seu corpo.
Executaba en Tegucigalpa un proxecto do ministerio de Traballo, no ámbito da saúde laboral e da formación profesional. Traxicamente a súa desaparición ten lugar apenas tres meses despois de casar cunha profesora de inglés dun instituto da Coruña. 

viernes, 13 de noviembre de 1998

UGT y CCOO hacen llamamiento a los trabajadores para que aporten el 0,5 por ciento de su nómina de un mes a los países centroamericanos afectados por el huracán Mitch

Fuente: EFE

Los sindicatos UGT y CCOO hicieron hoy un llamamiento a los trabajadores para que aporten el 0,5 por ciento de su nómina de un mes a los países centroamericanos afectados por la catástrofe del huracán Mitch.
En una declaración conjunta, ambas centrales explican que estas cantidades serán canalizadas por las ONG sindicales de cooperación, es decir, por la Fundación Paz y Solidaridad (CCOO) y el ISCOD (UGT), que entregarán el dinero a los sindicatos y organizaciones sociales de los países afectados con las que trabajan habitualmente.
UGT y CCOO consideran imprescindible que las ayudas institucionales a Centroamérica, tanto de los Estados como de los organismos internacionales, se incremente sustancialmente, y que la deuda externa sea condonada en su totalidad.

martes, 27 de octubre de 1998

Honduras pedirá a España la extradición del militar Billy Joya

Fuente: El País


La Corte Suprema de Justicia de Honduras acordó ayer solicitar a España la extradición del militar hondureño Billy Joya, acusado de violación de los derechos humanos y actualmente prófugo de la justicia. La petición fue aprobada por unanimidad por los nueve magistrados del máximo tribunal hondureño.Billy Joya, capitán retirado del Ejército hondureño -que reside en España desde 1996-, permanece prófugo desde hace tres años, cuando un juez de Tegucigalpa ordenó su captura y la de otros dos oficiales, que también han evitado la acción de la justicia, por su supuesta participación en el secuestro y tortura de seis estudiantes universitarios en 1982.

Según la legislación hondureña, esta petición debe pasar ahora al Ministerio de Gobernación (Interior) y al de Relaciones Exteriores, que la formalizarán ante el Gobierno español a través de la embajada en Tegucigalpa.
El embajador de España, Carlos Gómez-Múgica, ha dicho en varias ocasiones que, una vez que se presente la solicitud, se le dará el trámite correspondiente, aunque no hay tratado de extradición entre ambos países.
El juzgado había presentado la solicitud a la Corte Suprema después de que el Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH, privado) confirmara que el militar prófugo se encuentra en España. Joya carece de pasaporte hondureño, ya que le caducó en abril pasado y la Cancillería no se lo renovó al tratarse de un prófugo. Sin embargo su familia sí pudo regresar al país recientemente.
El oficial buscado por la justcia hondureña fue miembro del Batallón 3-16, un escuadrón de la muerte de los militares hondureños al que grupos defensores de los derechos humanos achaca la mayoría de casos de desaparición forzada, asesinato y tortura ocurridos en los años 80 en Honduras.

jueves, 8 de octubre de 1998

Situación del ciudadano hondureño Billy Joya (I)


Situación del ciudadano hondureño Billy Joya buscado por la justicia de su país por grave violación de derechos humanos.
 
Respuesta:
El citado capitán reside en España con su familia desde abril de 1996, manteniendo su situación de legalidad como extranjero y contando con recursos económicos suficientes para atender a su subsistencia.
En octubre de 1996 dicho ciudadano hondureño solicitó asilo político que, tras la instrucción del correspondiente expediente, fue denegado por el Ministerio del Interior. La denegación de asilo fue comunicada al interesado el 22 de julio de 1997, imponiéndole la salida obligatoria.
El aludido recurrió la resolución denegatoria de asilo en vía judicial. La Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional dictó auto el 17 de diciembre de 1997 denegando la suspensión del acto administrativo que el recurrente reclamaba, advirtiendo a la Administración que dicha resolución no suponía autorización para proceder a la expulsión del territorio nacional del extranjero recurrente, debiendo proceder de acuerdo con la legislación de extranjería sobre causas y procedimientos de expulsión si el extranjero incurría en alguna de ellas.
Desde diciembre de 1996 se ha mantenido comunicación entre los servicios de la Interpol de Madrid y Tegucigalpa.
El 30 de julio de 1997 la Interpol de Honduras comunicó a Madrid que el Juzgado de Letras de lo Criminal de aquel país interesaba la detención preventiva del capitán mencionado por tener un juicio pendiente y que se procedería a solicitar su extradición por vía diplomática.
Con fecha 14 de agosto de 1997 Interpol-Madrid comunicó a Tegucigalpa que el capitán interesado estaba localizado en España.
Hasta la fecha no ha sido remitida a España una demanda de extradición por vía diplomática ni una solicitud internacional de detención vía Interpol en regla: es decir, con los requisitos que establece nuestra Ley de Extradición Pasiva o con los datos necesarios que requiere cualquier convenio de extradición. Se significa que no existe tratado de extradición entre España y Honduras
Madrid, 8 de octubre de 1998.—El Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes.

martes, 11 de agosto de 1998

Se crea la Oficina Técnica de Cooperación en Honduras

Aunque desde hace años ha estado funcionando en Tegucigalpa la Misión Técnica Española, con fecha 11/8/1998 se ha publicado el  REAL DECRETO 1660/1998, de 24 de julio, por el que se crean los órganos de la Agencia Española de Cooperación Internacional en el Exterior, creándose así la Oficina Técnica de Cooperación en Honduras.

Consulta el texto íntegro en: http://www.boe.es/boe/dias/1998/08/11/pdfs/A27294-27296.pdf

domingo, 9 de agosto de 1998

El paraíso español de Billy Joya

Fuente: El País


Billy Joya Améndola es un nombre difícil de olvidar. Más aún en Honduras, donde se le busca desde octubre de 1995 por grave violación de los derechos humanos. Joya, que vivía oculto en España desde abril de 1996, está en Sevilla, con residencia en el barrio de Los Remedios, en uno de sus edificios más emblemáticos y caros, el Presidente. En él, un piso cuesta cerca de 40 millones, y el alquiler no baja de 140.000 pesetas.En estos 28 meses en España, Joya nunca ha trabajado. Se mantiene de las ayudas y del dinero que le envía su cuñado, con quien comparte empresa de seguridad en Honduras. La única actividad que se le conoce es la de catequista. Él ayudó a comprender el cristianismo a los alumnos del colegio de San José, de los Sagrados Corazones de Sevilla.
Los organismos de defensa de los derechos humanos de Honduras exigen su extradición inmediata. Allí se le acusa de haber pertenecido al Batallón 3-16, un escuadrón de la muerte, y de secuestrar y torturar a seis universitarios hondureños en 1982.
"Él tiene la conciencia tranquila", dice una fuente próxima a Joya en España. "Está convencido de que no cometió delito alguno. Sólo cumplió con la orden de detener a unos presuntos subversivos".
Aquel 27 de abril de 1982, a las cinco de la madrugada, el entonces subteniente Joya y seis de sus hombres fuertemente armados penetraron en la vivienda del subprocurador de la República (el segundo en la Fiscalía del Estado), Rafael Rivera, para detener a los estudiantes. Dos de ellos era hijas de Rivera, quien, por su cargo, tenía inmunidad. "Joya llegó chillando, muy agitado", recuerda ahora Milton Jiménez. "Llevaba una pistola en la mano. Con ella amenazó a Gilda Rivera". El padre de Gilda se acreditó como autoridad del Estado, y Joya se retiró. A los pocos minutos retornó acompañado por más hombres. "Se emplearon con mucha violencia. Nos detuvieron a todos, también al subprocurador. Nos maniataron con los cordones de nuestros propios zapatos", dice Milton.
La persona que le identificó fue Ana, hermana de Gilda. "En el momento no lo reconocí, pero cuando nos dejaron libres [ocho días después y gracias a los contactos de su padre], me di cuenta de quién me había interrogado y torturado... Era Billy Joya". Ana le había conocido a través de una compañera de universidad con quien mantuvo una relación mientras era cadete.
"Primero nos trasladaron a la comisaría de Manchén. Allí nos pegaron. A Guillermo López Lone casi lo matan. Le hicieron la capucha. Tuvieron que reanimarlo", recuerda Jiménez. La capucha es una tortura que consiste en colocar al preso una bolsa con cal para que se ahogue mientras intenta respitar.
"De ahí nos trasladaron a una casa de campo en el caserío de Amarateca, a unos 30 minutos de la comisaría. Pertenecía al general Amílcar Zelaya. Allí nos volvieron a torturar. Hacían simulacros de fusilamiento. En realidad no nos preguntaban por nada concreto. Sólo nos pegaban y amenazaban", dice Milton.
Los seis estudiantes coincidieron en su cautiverio con otros detenidos que después jamás aparecieron. Aunque ni la policía ni el Ejército reconocieron la detención de los seis universitarios, dos de ellos fueron puestos a disposición de la justicia 11 días después. Se les acusó de tenencia de armas y explosivos. Pero en la casa de Rivera, donde vivían alquilados, sólo hallaron apuntes. "Lo más comprometedor era un libro de Marx y un disco de música andina", ironiza Ana.
"Tuvimos suerte, después de todo. En la detención hubo testigos, y el padre de Ana y Gilda movió sus contactos. Si no hubiera sido por él, ahora estaríamos muertos. Seríamos un número más entre los desaparecidos", asegura Milton.
Aunque no existe un tratado formal entre España y Honduras, una ley española, la de Extradición Pasiva de 1985, permite el envío de Billy Joya a Honduras. "El juez competente del caso en Tegucigalpa debe solicitar, a través de la Interpol o por vía diplomática, la extradición. Una vez recibida, las autoridades judiciales españolas pueden ordenar la detención de Joya. El juez hondureño tendría 40 días para fundamentar su petición, que, de aprobarse, sería de ejecución inmediata.
La fiscal de Derechos Humanos de Honduras, Lorena Soto, instó el viernes a ese juzgado de Tegucigalpa, el que ordenó su detención en 1995, para que inicie el proceso de extradición desde España. La policía española le tiene vigilado las 24 horas del día para que no escape y está convencida de que en cualquier momento lo tendrá que detener.
No es la primera vez que se intenta su extradición. La Interpol de Tegucigalpa ya envió a la policía española un telegrama, fechado el 7 de agosto del 1997, en el que se decía: "Informamos de que el Juzgado de Letras Primero de lo Criminal nos ha indicado que, en caso de ubicar en su país a la persona requerida [Joya], se realicen los trámites para su extradición por los canales diplomáticos, por lo que se socilita la detención preventiva". No hubo respuesta. Ha pasado un año.
"El problema es que el Gobierno hondureño es el primero que no está interesado en que se extradite a Billy Joya, y no entiendo por qué el español debe ser más papista que el Papa", dice la fuente próxima al capitán.
Joya no desea hablar con los medios de comunicación españoles, aunque no descarta dar una rueda de prensa en breve. Se encuentra en Sevilla, con su mujer y cuatro hijas (la última nació hace ocho meses en España). "Sé cómo son los periódicos", asegura Joya. "Intentarán que diga cosas que después se utilizarán en mi contra en Honduras".
Milton Jiménez Puerto, uno de los seis estudiantes que fueron secuestrados y torturados por el 3-16 al mando de Joya es quien ha presentado una querella criminal en la Audiencia Nacional. Le acusa de violar la Convención Internacional Contra la Tortura, firmada por España.
La situación jurídica de este capitán es compleja. Entró en España en abril de 1996 con un visado de turista. Procedía de Colombia, donde se había escondido tras su precipitada huida de Honduras al abrirse un proceso contra él y otros miembros del escuadrón de la muerte. En octubre, temiendo por su situación de alegalidad, solicitó asilo político. Joya argumentó que la justicia de su país no ofrece suficientes garantías. "Ésa es una táctica conocida, que han empleado todos los militares prófugos", dice Ernesto Custodio, del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), una organización que en dos años ha sufrido dos extrañas muertes. La hermana de Ernesto apareció con un disparo en la cabeza el 5 de julio de 1996. La policía anunció suicidio, pero la pistola no tenía huellas. Ernesto Sandoval, del directorio de la Codeh, pereció en un atentado. Entre los detenidos había ex militares.

No a la expulsión

El 30 de mayo de 1997, el Ministerio de Interior español rechazó la solicitud de asilo. "El estatuto internacional del refugiado prohibe expresamente su concesión a toda persona perseguida por violación de derechos humanos", recuerda Goyo Dionis, de la Organización de Solidaridad para Asia, África y América Latina, una ONG dedicada a la defensa de estos derechos básicos.La denegación de asilo en España llevaba pareja la orden administrativa de expulsión en 15 días. El abogado de Joya interpuso un recurso ante la Sala de lo Contencioso de la Audiencia, paralizando la medida. La sala notificó a Joya el 5 de febrero de 1998 que la orden de expulsión quedaba congelada hasta que resolviera el asunto del asilo.
Billy Joya está ahora protegido por esa resolución. "No se le puede expulsar. La justicia está, afortunadamente, por encima del Ministerio de Interior", dice la fuente próxima al capitán hondureño. La decisión final de la sala, que puede llegar después del verano, se puede recurrir ante el Supremo. "Estamos hablando de un mínimo de dos años", añade esa fuente.
Francisco Pérez, de Izquierda Unida, asegura que el problema es de origen. No se debió haber tramitado esa solicitud.
La denuncia de Milton Jiménez trata de abrir otra vía. Que el juez de la Audiencia Nacional encargado de la querella, Israel Moreno, ordene su detención y le procese. ¿Un caso similar a los de Chile y Argentina? Para la fiscalía de la Audiencia, España no es competente. Para el abogado de Joya, Julio Coca, no tiene nada que ver. "La querella no tiene ni pies ni cabeza. Aquí se trata de hondureños, no de españoles".
"Es verdad que está mal planteada", afirma un abogado español experto en este tipo de casos de violación de los derechos humanos. "En los sumarios sobre los desaparecidos de los magistrados Manuel García-Castellón y Baltasar Garzón se castiga el delito de tortura, pero sólo en caso de los españoles que es lo que permite la ley. En los de terrorismo y genocidio la ley española no distingue la nacionalidad".
Aunque a Billy Joya se le persigue por un hecho concreto, para la Codeh, su testimonio ante la justicia hondureña podría aclarar gran parte de las actividades de ese siniestro Batallón 3-16. "Él es un archivo viviente", dice Custodio. En febrero de 1996, el capitán pidió perdón por sus actos, pero no se entregó. Guarda silencio. "Ahora Joya tampoco va a revelar ninguno de sus secretos", advierte la fuente próxima al militar hondureño.

Con información de Santiago F.Fuertes (Sevilla) y Paco Gómez Nadal (Nicaragua).

martes, 4 de agosto de 1998

El Gobierno español niega el asilo al militar hondureño acusado de crímenes

Fuente: El País

El Gobierno denegó ayer el asilo en España al capitán Billy Joya, prófugo de la justicia hondureña y acusado de la desaparición temporal en 1982 de seis estudiantes universitarios. El capitán ha recurrido la decisión de las autoridades españolas y es ahora la Comisión Interministerial de Petición de Asilo la que ha de resolver el caso. Su paso por los juzgados podría alargarse más de lo que quisiera ya que el Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh) anunció ayer que piensa denunciar a Joya ante la justicia española por delitos contra los derechos humanos. Su presidente, Ramón Custodio, considera que la legislación hondureña permite que crímenes de ese tipo sean juzgados en todo el mundo.

"Esta vez no se nos va a escapar", afirmó Custodio después de conocer la noticia de la denegación de asilo a Joya. El juicio contra militares argentinos que lleva la Audiencia Nacional le sirvió al presidente de Codeh como precedente para defender que se puede abrir un proceso judicial en España contra el capitán. "Calculamos que la tramitación del recurso presentado por los abogados de Joya durará 60 días; pasado ese tiempo le denunciaremos", dijo Custodio.El capitán hondureño figura como prófugo desde el 17 de octubre de 1995, cuando un juez de Tegucigalpa emitió una orden de captura en su contra y de otros 18 oficiales por "tentativa de asesinato" y tortura contra seis estudiantes en abril de 1982. Diversos organismos de defensa de los derechos humanos vinculan al militar a los escuadrones de la muerte del llamado Batallón 3-16 del Ejército hondureño, a los que se les considera responsables de la desaparición de 184 personas entre 1979 y 1989.

Extradición

La noticia sobre el paradero de Joya trascendió la semana pasada, cuando el Codeh y el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras pidieron al ministro de Interior español, Jaime Mayor Oreja, que no concediese el asilo a Joya y que le extraditase a Honduras. La primera petición fue satisfecha ayer, pero la segunda pasa, según apuntaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, por que la solicitud provenga del Gobierno hondureño.Por ahora las autoridades de Tegucigalpa no han tramitado ninguna petición, ni la Embajada de Honduras en España ha recibido ninguna notificación al respecto. "Nos estamos enterando por la prensa", afirmó el diplomático hondureño José Manuel Castelar.
El presidente de Codeh acusó ayer al Gobierno hondureño de no estar "moviendo un dedo" para poner ante la justicia a Joya. Custodio aseguró que en 1997 el ex presidente de Honduras, Carlos Roberto Reina, ya había denunciado que Joya podía estar viviendo en España, aunque no pidió su extradición. "No reaccionamos entonces porque pensamos que nos estaban poniendo en una pista falsa. Siempre nos ponen pistas falsas", afirmó Custodio, quien sospecha que Joya pasó por Estados Unidos antes de llegar a España.

martes, 7 de julio de 1998

Aprobada la Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo

Merece la pena una lectura cuidadosa de este texto esperado y sin precedentes.
 
En cualquier caso, resaltamos:
 
"Artículo 38.2. Se regulará el Estatuto del Cooperante, en el que se fijarán, entre otros aspectos, sus derechos y obligaciones, régimen de incompatibilidades, formación, homologación de los servicios que prestan y modalidades de
previsión social." 

Y "Artículo 31. El Estado fomentará las actividades de las organizaciones
no gubernamentales de desarrollo y sus asociaciones para este fin, universidades, empresas, organizaciones empresariales, sindicatos y otros agentes sociales que actúen en este ámbito, de acuerdo con la normativa
vigente y la presente Ley, atendiendo a las prioridades definidas en los artículos 6 y 7."

jueves, 18 de junio de 1998

Interés del Gobierno por la situación de Bertha Oliva de Nativí y otros dirigentes del Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de Honduras


Interés del Gobierno por la situación de Bertha Oliva de Nativí y otros dirigentes del Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de Honduras.
 

Respuesta:
Desde el Gobierno se comparte la preocupación por los actos de hostigamiento que padecen los defensores de los Derechos Humanos, particularmente en el caso de Honduras.
La coordinadora general del Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras, doña Bertha Oliva de Nativí, está en contacto con el Embajador de España en Tegucigalpa, que conoce la situación de intimidación y amenazas, de las que tanto ella como alguno de los miembros de su organización han sido objeto. La señora Nativí conoce las posibilidades que ofrece el Ministerio de Asuntos Exteriores español para ayudar a las personas en situación de peligro por su labor en defensa de los Derechos Humanos.
A pesar de la difícil situación que atraviesan los defensores de los Derechos Humanos en Honduras, se trata de un país dotado de instituciones  democráticas, e incluso de una Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos. Por ello, se confía en que la sociedad hondureña avance  rápidamente en el sentido de la profundización en el respeto de los Derechos Humanos. Con todo, por parte española, siempre habrá la mejor disposición para apoyar a todas aquellas personas que lo soliciten, por sentirse amenazadas a causa de su compromiso con la defensa de los Derechos Humanos.
Madrid, 18 de junio de 1998.-El Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes.