Fuente: ERIC (Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación) Honduras
Centroamérica se ha llenado de desempleados y de maquiladores.
Honduras va a la cabeza en la región. ¿Quién se queda con los huevos de
oro de esta industria? ¿Volarán estas golondrinas? ¿O se quedarán en
Honduras, su actual paraíso?
Durante junio y julio la pujante industria de la
maquila ocupó las primeras planas en los medios. La noticia
desencadenante, sin precedentes en la corta historia de la industria
maquilera, fueron los desmayos consecutivos de unas 60 operarias a lo
largo de 8 días, hecho ocurrido a fines de mayo en la maquila coreana
PINDU de La Ceiba. A juzgar por los informes, estos desmayos fueron
provocados por la falta de condiciones en la fábrica (hacinamiento,
altas temperaturas, deficiente ventilación) y también por una histeria
contagiosa. El Ministerio del Trabajo le dio a la empresa un mes de
plazo para que solucionara sus condiciones ambientales. Según el
Inspector del Ministerio, en la fábrica sólo hay capacidad para 150 200
personas, pero trabajan 420.
Siguen los desmayos
Lo que pareció un hecho aislado ocurrido
en un lugar relativamente marginal, causó profunda preocupación entre
los empresarios nacionales, dueños de los parques industriales donde
operan las maquiladoras, cuando los desmayos colectivos se repitieron en
el corazón de la industria de la confección, el municipio de Choloma,
contiguo a San Pedro Sula. El 10 de junio, más de 30 jóvenes de la
maquiladora Won Chang donde trabajan 600 jóvenes se desmayaron en sus
puestos de trabajo.
Las supervisoras coreanas de las líneas de trabajo achacaron los
desmayos a razones sicológicas y se mofaron de las hondureñas.
"Temblaban, sufrían de una opresión torácica y eran incapaces de llorar
hasta desmayarse", dijeron, describiendo un típico cuadro de histeria.
El presidente del COHEP (Consejo Hondureño de la Empresa Privada) afirmó
que los desmayos colectivos "podrían estar siendo promovidos por
sectores interesados en afectar este rubro". Juan Bendeck aludía así a
la actual estrategia de los sindicatos textiles de Estados Unidos, que
estarían intentando desprestigiar a la maquila centroamericana. Sin
embargo, los inspectores del Ministerio de Trabajo constataron que la
maquiladora Won Chang no reúne requisitos de higiene ambiental y acordó,
con la empresa y con la Confederación Unitaria de Trabajadores de
Honduras (CUTH), el cierre de la fábrica hasta que cumpla algunas
cláusulas: dividir a las trabajadoras en dos turnos, mejorar la
ventilación, establecer recesos de 15 minutos, etc.
"Taller de sudores"
¿Por qué la reacción de suspicacia del más
alto representante de la empresa privada hondureña? Entre los dos
desmayos colectivos el de La Ceiba y el de Choloma se había
constituido en Honduras un Equipo de Monitoreo Independiente (EMI) para
supervisar el cumplimiento de los derechos humanos y laborales en KIMI,
otra fábrica coreana ubicada en un parque industrial de La Lima, una
ciudad del Valle de Sula, cercana a San Pedro. El convenio de monitoreo
se firmó el 2 de junio entre la empresa extranjera y cuatro
instituciones nacionales: el CODEH (Comité para la Defensa de los
Derechos Humanos), la organización de mujeres CODEMUH, Cáritas de San
Pedro Sula y los Jesuitas de Honduras.
La firma de este acuerdo despertó la abierta oposición de los
empresarios y de sus medios de comunicación, que llegaron a contagiar
con su rechazo a organizaciones sindicales. El promotor del EMI fue el
CNT (Consejo Nacional del Trabajo) de los Estados Unidos y en parte, la
propia empresa KIMI, atribulada por los cortes de contratos de las
firmas estadounidenses compradoras de sus productos GAP y MACY'S e
interesada en mejorar su imagen en cuanto a los derechos humanos. El CNT
propuso a KIMI la fórmula del monitoreo independiente y el convenio se
materializó, para escándalo de los maquiladores hondureños que
denunciaron "la injerencia extranjera".
El "nacionalismo empresarial" se exacerbó más a causa de los
estadounidenses del CNT que los medios destacaron. Entre ellos, Charles
Kernaghan, activista de extraordinarios talentos organizadores, que
desde los años 80 mostró su solidaridad con las luchas populares de
Centroamérica en otros campos. Kernaghan había estado ya en otras
ocasiones en Honduras, promoviendo el viaje a Estados Unidos de
trabajadoras hondureñas que denunciaron ante el Congreso de los Estados
Unidos los maltratos que sufrían en las sweatshops tropicales. Sweatshop
significa literalmente taller de sudores, y es la etiqueta con la que
se cuestiona a una maquila del Tercer Mundo que no cumple con los
derechos laborales.
No hizo falta ni mucho tiempo ni mucho esfuerzo para que los sindicatos
hondureños reconocieran el espacio que un monitoreo del tipo del EMI les
puede brindar, pues el objetivo central del convenio es supervisar el
derecho de las trabajadoras a organizarse. Si el monitoreo favorece a la
empresa limpiando su imagen y recuperando sus contratos, también
favorece el respeto a los derechos de las trabajadoras. A la larga, este
respeto se traduce en mayor productividad. Poco a poco, la acusación de
injerencia extranjera se fue desvirtuando, entre otras cosas por el
reconocido prestigio de las instancias nacionales que integran el Equipo
de Monitoreo.
Código de conducta
Los empresarios nacionales de la maquila
invierten generalmente sólo en la infraestructura y administración de
los parques industriales, mientras que los empresarios coreanos o
estadounidenses invierten en la confección de la ropa y en la
administración de las fábricas dentro de los parques. Con el tiempo, los
nacionales se han ido dando cuenta de que la globalización tiene dos
filos: uno que les favorece y otro que los limita. En unión con
maquiladores de Centroamérica y el Caribe, los maquiladores hondureños
celebraron el 28 y 29 de julio en San Pedro Sula el primer congreso de
la industria de la maquila en el área. En él suscribieron, aunque sin la
participación de los sindicatos o de los organismos de derechos
humanos, un código de conducta para todas las empresas maquiladoras.
El interés por este código de conducta nació hace un par de años como
fruto de la publicidad hecha entre los consumidores estadounidenses
sobre las condiciones inhumanas existentes en las fábricas
centroamericanas que hacían ropa para Wal Mart. Ante la presión de los
consumidores, Clinton nombró una comisión, que incluyó a gigantes de la
industria, como Nike y Liz Claiborne, y a representantes de grupos de
derechos humanos y de sindicatos. El objetivo era formular un código de
conducta que debían firmar voluntariamente las empresas que compran ropa
confeccionada en el Tercer Mundo. Después de ocho meses de tensiones
internas y de negociaciones, la comisión propuso un código de conducta,
válido para maquilas estadounidenses y extranjeras. El 14 de abril de
1997 Clinton dio su apoyo al acuerdo de la comisión.
Este código de conducta incluye, por ejemplo, la prohibición de
contratar a menores de 15 años, limitar a 60 las horas de trabajo
semanal y proteger el derecho de las trabajadoras a organizarse. Para
que el código se cumpla, se convoca a las fábricas a emplear a monitores
independientes, que trabajen junto a grupos de derechos humanos. En
este contexto, el EMI de la fábrica KIMI es un paso histórico en el
desarrollo de las relaciones laborales de Honduras. Y, aunque los
empresarios hondureños lo atacaron visceralmente como una traición a la
patria, tendrán que examinarlo con detención si quieren conservar sus
contratos.
El boom de la maquila
La industria maquilera de Honduras es la
primera en Centroamérica y la segunda en el Gran Caribe, después de la
de República Dominicana. Es la tercera fuente de ingresos de Honduras
des pués del café y el banano. En 1996 generó 250 millones de dólares
netos en valor agregado y dio trabajo a unos 75 mil trabajadores, un 75%
de los cuales son mujeres.
Hay proyecciones de que la maquila llegue pronto a proporcionar 100 mil
puestos de trabajo, no sólo en el rubro de prendas de vestir, sino en el
rubro automotriz. El número de puestos de trabajo en la maquila podría
duplicarse en sólo 3 años. El auge de empleo se nota en las cifras de la
población económicamente activa (PEA) de Honduras. En un año, de
octubre 95 a septiembre 96, la PEA subió de 49.5% a 51.6%, dándose el
alza mayor en la participación femenina: pasó de 28.7% a 32.2%. Si esta
tendencia se mantuviera durante 10 años, la PEA femenina se duplicaría y
se acercaría a la masculina, acelerando cambios culturales que ya se
están sintiendo, especialmente entre la juventud: independencia de la
joven en el hogar, aumento de la maternidad precoz, crecimiento del
machismo juvenil, con incremento de maras, etc.
En Honduras existen hoy 11 parques industriales zonas libres de
exportación con casi 200 fábricas y otras 15 en construcción. La
industria maquilera ha crecido rápidamente. Aunque las cifras van y
vienen según las fuentes, como las golondrinas, muestran invariablemente
una curva ascendente. De 1990 a 1996 el número de fábricas subió de 26 a
casi 200, el número de trabajadoras de 9 mil a 75 80 mil, el valor de
la ropa exportada a los Estados Unidos de $112 millones a 1 mil 200
millones.
Estas cantidades no expresan divisas que ingresan al país. Es sólo el
valor de los artículos exportados. En general, ropa hecha con tela
importada sin pagar impuestos. El beneficio que le queda a Honduras son
sólo los salarios, el alquiler de las fábricas, el pago por servicios
como la electricidad y poco más.
Competencia de México
Una limitación para el desarrollo de la
maquila son los deficientes servicios nacionales de energía eléctrica,
teléfonos y transporte. En 1993 y 1994, cuando se produjo la crisis
eléctrica por el vaciamiento de la represa del Cajón y hubo continuos
apagones, la industria maquilera tuvo una baja, en comparación con los
años anteriores y con los siguientes. Otra limitación es la competencia
de México. El Tratado de Libre Comercio (TLC) le da una ventaja del 28% a
la producción de las textileras mexicanas, libres de impuestos de
importación a los Estados Unidos.
Honduras se beneficia de dos acuerdos preferenciales de comercio con
Estados Unidos: la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) y el sistema
generalizado de preferencias. Ambos le dan a Honduras, y a otros
países, preferencias unilaterales y temporales. En 1996, el gobierno de
Estados Unidos propuso una ampliación de la ICC para igualar el
tratamiento que se da a los países de la Cuenca con el que se da a
México por el TLC, en el rubro de prendas de vestir. El Congreso de
Estados Unidos es favorable a esa propuesta, pero exige requisitos:
respeto a la propiedad intelectual, protección del medio ambiente y
cumplimiento de las leyes laborales. Siendo metas difíciles de cumplir,
los centroamericanos han optado por iniciar negociaciones para lograr un
TLC con Estados Unidos.
Explotada o desempleada
El auge de la maquila va de la mano con
la explotación de la mano de obra femenina. Predominan los bajos
salarios, aunque son más altos que el salario mínimo, que es de 600
lempiras. Según un estudio de Price Waterhouse en 1994, el salario de
las operarias de máquinas de coser, cortadoras de tela y empacadoras era
superior en un 41% al salario mínimo.
Existe un abismo entre el salario que se paga a la operaria en Honduras y
el precio que tiene la prenda de vestir que ellas hacen en los Estados
Unidos. Un pantalón Kathie Lee, que cuesta confeccionar 25 centavos en
salario se vende en 19.96 dólares. El trabajo maquilador es monótono y
repetitivo, se desarrolla a presión y en serie. Una muchacha pasa todo
el día pegando cuellos de camisas que otra le amontona. Hay horas extra
obligatorias hasta 60 semanales , ambientes insalubres y calientes, se
impide la sindicalización, se dan suspensiones y despidos
injustificados, hay parcialidad del Ministerio del Trabajo a favor de la
empresa y a veces, represión directa contra las obreras de parte de sus
jefes inmediatos.
Esta explotación es posible por el alto índice de desempleo nacional,
combinado con la competencia entre empresas y países por producir más a
menos costo, con la complacencia del Estado hacia la inversión
extranjera de la maquila como solución inmediata a los problemas
sociales, con la defensa ideológica que hacen de la maquila los
empresarios nacionales dueños de los parques industriales y con la
amenaza constante de los inversores extranjeros de que levantarán el
vuelo hacia países más favorables. Por eso se les llama "golondrinas".
La amenaza de "volar" no la formulan directamente los extranjeros. De
eso hablan los empresarios nacionales, especialmente los del norte, la
Asociación de los Maquiladores, la Cámara de Comercio e Industria de
Cortés y el COHEP. Dicen siempre que si se trata mal a la maquila ésta
levantará el vuelo. Pero la realidad muestra lo contrario. Cada día
llegan volando a Honduras nuevas maquiladoras.
A pesar de la obvia explotación, el pueblo que se beneficia con los
salarios de las trabajadoras, y las mismas trabajadoras, están
satisfechas con esta fuente de trabajo. En grupos de reflexión cristiana
no es raro escuchar oraciones de agradecimiento a Dios por la llegada
de una nueva fábrica al lugar y aun los críticos más severos reconocen
que es mejor ser explotada que desempleada.
Mayor experiencia
Después de años, se nota ya que las jóvenes
operarias de la maquila están entrando en una etapa de mayor
experiencia. Son muchas las que cargan con cinco años de trabajo cansado
y rutinario. Ya no son niñas. Muchas han adquirido responsabilidades
familiares, y aunque quisieran dejar el trabajo no tienen un marido que
las ayude a sostener a sus hijos. Las madres, aunque jóvenes, pelean con
convicción, se enfrentan y buscan apoyo en sindicatos u organizaciones,
aunque no han dado aún el paso de creer en las organizaciones
sindicales o en asociaciones similares como un instrumento de lucha
colectiva. En parte, porque los sindicatos no han atinado aún a tocar la
fibra organizativa de estas mujeres, y en parte porque, frecuentemente,
ellas apuestan por un estatus más definitivo para sus vidas.
¿Estancamiento a la vista?
Las trabajadoras que llevan algunos
años en la maquila utilizan al sindicato en formación para que la
fábrica las despida y así recibir una prestación, que de acuerdo a la
ley puede superar los 10 mil lempiras. Para no pagar esta prestación,
la fábrica les hace la vida imposible, lo que genera un clima de
incomprensiones mutuas, de indisciplina laboral (ausencias, llegadas
tarde, quedarse en el baño) y de creciente represión (humillaciones de
palabra, suspensiones, incluso golpes), lo que necesariamente disminuye
la producción, dañando a la empresa y a las trabajadoras, como fue el
caso en KIMI.
Después del boom inicial, la industria maquilera podría entrar en un
estancamiento, por falta de una visión de largo plazo, por un
cortoplacismo empresarial, que busca únicamente sacarle el máximo
provecho al capital invertido en el mínimo tiempo.
Super refinería en Trujillo
El Gran Proyecto de Transformación
Nacional (GPTN), anunciado en 1996 y diseñado para una inversión de 18
mil millones de dólares, no considera a la maquila como eje del despegue
económico de Honduras. Tiene otros ejes: la producción de energía para
la exportación (refinería, represa), la minería, la madera, el turismo y
la agroindustria, rubros que necesitan de grandes inversiones en
infraestructura: carreteras, puertos y aeropuertos. El GPTN propone la
construcción de una supercarretera que una el Atlántico con el Pacífico y
la creación de una superzona triangular (Puerto Cortés Trujillo Golfo
de Fonseca Puerto Cortés) donde se dinamice el desarrollo.
Pero, aunque la maquila, especialmente la de confección de ropa, no
aparezca en primer plano en el GPTN, la inversión en infraestructura la
beneficiará, facilitando que se desconcentre del Valle de Sula y vaya
hacia el Aguán, al este, y hacia Comayagua, al centro del país, y quizás
hacia el sur. Aunque el GPTN apueste a la agroindustria, no se
desprende de la concepción maquilera, que ha transformado a Honduras de
una Banana Republic en un Sweat shop Paradise. Uno de los proyectos
millonarios del GPTN es la construcción de una supermaquila continental
de petróleo: la refinería más grande de América Latina en la bellísima
bahía de Trujillo.
Aunque el gobierno aún no le ha dado la aprobación ambiental y existe
resistencia de los grupos ecologistas y de la Iglesia católica de Colón,
Miguel Facussé, presidente de la Comisión Ejecutiva del GPTN sigue
mencionando la refinería. Según el proyecto, presentado en 1994 antes
del GPTN, la refinería almacenaría hasta 20 millones de barriles de
crudo para procesamiento, traídos a Trujillo desde países productores, y
procesaría 150 mil barriles diarios para exportarlos a Estados Unidos,
Colombia y otros países.
Facussé: supermillonario
El proyecto del GPTN ya está en
movimiento, puesto que la Corporación CRESSIDA, cuyo presidente también
es Miguel Facussé, acaba de recibir del Banco Mundial un préstamo de 55
millones de dólares para manufactura y agroindustria. La manufactura es
de productos de limpieza producidos en Honduras y El Salvador y la
agroindustria incluye el cultivo de palma africana, de mango y de
toronja, la fabricación de alimentos, bebidas y snacks, la refinación de
aceites y la producción de productos derivados del tomate en México y
en Nicaragua.
Las inversiones millonarias de Facussé quien también ha incursionado
como gran inversor en Cuba conforman una especie de corporación
multilateral que trasciende a Centroamérica y que pretende competir en
los mercados de otros países. Por eso, mientras los maquiladores de ropa
en Honduras se han quedado callados ante la aprobación de la nueva Ley
de Protección del Consumidor por el Congreso hondureño, Facussé ha
levantado su voz de protesta. A los primeros nos les va ni les viene el
consumidor nacional, pero al "empresario patriótico" sí. Por el
contrario, cuando los maquiladores protestan contra la supervisión de
sus fábricas por "la injerencia extranjera", Facussé, el mayor exponente
hondureño de la globalización, calla.
En defensa de la globalización, Facussé también ha levantado la moral de
los timoratos empresarios de Tegucigalpa integrados en la ANDI
(Asociación Nacional de la Industria), en ocasión de que el Ministro de
Comercio, Industria y Turismo anunciara en junio que el grupo de países
CA 3 (Guatemala, El Salvador y Honduras) se uniría a México en el TLC.
Facussé con sede en Tegucigalpa, aunque con inversiones por todo el
país les animó a no temer la necesaria globalización, pues Honduras se
estaría convirtiendo en uno de los países más competitivos gracias al
gobierno de Reina, que baja aranceles y disminuye el déficit fiscal.
La candidatura del sobrino
El GPTN es una alianza política del
gobierno con los empresarios, más en concreto del gobierno liberal de
Reina con el grupo de empresarios que encabeza Miguel Facussé. En todo
momento, el Presidente de la República y el empresario de CRESSIDA se
han defendido y alabado mutuamente. Para Reina, Facussé es ejemplo de
nacionalismo empresarial y de una visión positiva del país. Para
Facussé, Reina es el estadista de gran perspectiva.
Si en las elecciones de noviembre ganara el opositor Partido Nacional,
el GPTN probablemente no desaparecería, pero el entusiasmo por él
mermaría. Por esta razón se adivina el interés del gran grupo
empresarial por la candidatura liberal del sobrino de Miguel, Carlos
Flores Facussé, Presidente del Congreso. Cuando el empresario y el
representante del Banco Mundial firmaron el convenio de inversión de los
55 millones para CRESSIDA, al lado del tío se encontraba sonriente el
candidato liberal, satisfecho de añadir este tanto a la lista de logros
alcanzados durante su gestión legislativa.
Manzana de la discordia
Dentro de la alianza de Miguel Facussé con el gobierno liberal de Reina
han surgido algunas fuertes contradicciones internas. La manzana de la
discordia es la privatización de HONDUTEL (Empresa Hondureña de
Telecomunicaciones), que sería adquirida por una empresa mercantil
promocionada por el Consejo Directivo del GPTN. Según un violento
editorial del diario Tiempo, "todo parece indicar que esta privatización
se convertirá en un fabuloso negocio para un determinado grupo
empresarial, que desde las alturas del poder aparentemente ha
planificado la operación para quedarse no sólo con el recurso sino con
el poder que esta posesión le conferiría en el futuro".
Aunque Tiempo no menciona por su nombre al accionista privado, se
adivina que se trata de Miguel Facussé, declarándose así la pugna
existente alrededor del principal recurso del Estado las
telecomunicaciones entre Facussé y el dueño del diario, Jaime
Rosenthal, dueño también del parque industrial continental y de una
variada gama de negocios agrícolas, industriales y financieros.
Centroamericanizándose
El Presidente Reina firmó en julio un
acuerdo en la línea del GPTN con el Presidente de Nicaragua para crear
un corredor interoceánico entre Puerto Cortés y Corinto. Según el GPTN,
esta supercarretera debe unir el Atlántico con el Golfo de Fonseca. El
acuerdo con Nicaragua contempla la extensión de la supercarretera hacia
el interior de Nicaragua y la permanente apertura de las aduanas entre
los dos países, que hoy se cierran cuando cae el sol.
Aunque este acuerdo no menciona la maquila, la salida de la
supercarretera al puerto nicaragüense de Corinto favorecerá posiblemente
el establecimiento de fábricas maquiladoras en Valle y Choluteca. Y así
como furgones con ropa maquilada en El Salvador sacan ya este producto a
puertos guatemaltecos, furgones de ropa maquilada en Honduras podrán
salir por el puerto nicaragüense.
En la concepción del GPTN, Honduras aparece como el centro de la
integración comercial centroamericana gracias a este triángulo
carretero, que también conectará el Atlántico hondureño con el Pacífico
salvadoreño. La relación con El Salvador será más estrecha, ya que la
organización promotora, regional y privada del GPTN la Corporación
Interoceánica de Centroamérica , tiene ya acuerdos entre empresarios
salvadoreños y hondureños.
El GPTN no arrancará del todo hasta que no se aprueben tres leyes
fundamentales: la Ley de Concesiones, la reforma a la Ley Marco del
Subsector Eléctrico y el Código de Minería. Son el pre requisito para
atraer la inversión extranjera necesaria. El papel del candidato
liberal Carlos Flores Facussé como Presidente del Congreso es crucial
para la aprobación de estas tres leyes antes de las elecciones del 30 de
noviembre.
Machismo humillado
¿Existe alguna relación entre la maquila y la
delincuencia? Aunque no se conocen datos numéricos, es frecuente
escuchar hablar de los efectos que tiene la maquila en el crecimiento de
la delincuencia en los barrios populares. Las colonias de San Pedro y
Choloma, vecinas a las maquilas, han recibido muchos inmigrantes y en
ellas proliferan las maras juveniles vinculados a una organización más
amplia, que existe en varias ciudades y que se ve reforzada últimamente
por los hondureños que llegan al país deportados de Estados Unidos.
Una causa del incremento de la delincuencia es el hacinamiento en las
cuarterías por la inmigración descontrolada. Por otra parte, como las
maquilas no pagan impuestos municipales son cada vez más deficientes los
servicios elementales agua y desagües en estas viviendas. Otra causa
es el desempleo de los varones jóvenes quienes, frustrados al contemplar
a dos o tres hermanas con empleo fijo, tratan de desquitar, en las
calles y con esta manifestación de rebeldía contra la sociedad, su
machismo humillado.
Asaltos a bancos en alza
La delincuencia golpea también a los
empresarios de la maquila que, junto a los parques industriales o en
conexión con ellos, han instalado bancos. Muchas maquilas suelen pagar
en efectivo, pues las trabajadoras así lo prefieren para evitarse
gestiones. Si en un parque hay 3 mil trabajadoras, el pago semanal mueve
más de un millón de lempiras, que deben ser transportados desde el
banco hasta las fábricas. Para las trabajadoras, el día de pago es
tenso. A veces las empresas pagan sin anunciarlo, para que en el
trayecto las trabajadoras no sean asaltadas en los buses por los
ladrones. Pero sobre todo, para proteger de asaltos al vehículo del
banco o al banco mismo.
Ramón Custodio, dirigente del CODEH, que participa en el Equipo
Independiente de Monitoreo, ha pedido al gobierno que declare los
asaltos bancarios un problema nacional y ha ofrecido cifras del aumento
de estos asaltos: en 1993 hubo 11 y en 1996 fueron 53. Aunque su
denuncia favorece a los empresarios, especialmente a los de la Costa
Norte, Custodio argumenta que con el incremento en los gastos de
seguridad privada para prevenir los asaltos se les encarecen a los
usuarios los servicios del sistema financiero.
En su denuncia, Custodio señala que la mayor parte de los asaltos a
bancos dura entre 4 y 8 minutos, lo que revela un alto grado de
sincronización, similar al de los operativos militares, lo que indicaría
que en este tipo de delitos están implicados militares y ex agentes del
desaparecido DNI (Departamento Nacional de Investigaciones). Esta
hipótesis se refuerza con el dato de que el Banco de las Fuerzas Armadas
nunca ha sido asaltado.
Guerra económica
El boom de la maquila se inscribe dentro de la
actual cultura de enriquecimiento rápido. Por un lado, alivia los
efectos del desempleo y concentra en el norte del país el caldo de
cultivo de la delincuencia. Por otro, favorece una "empresa informal del
crimen organizado", donde están implicados los militares, cuyo móvil es
también el enriquecimiento rápido con el fin de ponerse al mismo nivel
de la empresa privada formal.
Junto a esta lucha por espacios económicos, existe otra fuerte
competencia, también por espacios económicos, entre un empresariado más
orientado hacia la producción de bienes y servicios para consumo interno
y el empresariado maquilador, que aunque no depende sólo de la maquila,
tiene en ella un importante punto de apoyo, independiente de los
vaivenes que padecen los consumidores nacionales.
Son grupos económicos que compiten por la privatización del Estado. Cada
uno quiere su tajada y ambos aspiran especialmente a la de las
telecomunicaciones. El grupo que se escuda para su crecimiento en el
Gran Proyecto de Transformación Nacional se beneficiará más directa y
medularmente de la realización de este Proyecto. Pero el empresario
maquilador también se beneficiará lateral e indirectamente, por las
inversiones que el Estado hará en energía, infraestructura y
comunicaciones.
A nivel político, estos intereses empresariales parecen estar
representados en las corrientes liberales, que se sienten seguras del
triunfo electoral en noviembre, para después de las elecciones
repartirse las cuotas de poder. Aunque la corrupción lo embadurna todo,
los grupos empresariales vinculados al crimen organizado están más
cercanos al Partido Nacional. Preparándose para la victoria, la
corriente liberal florista, a la cabeza del Congreso, se encargará de
modernizar a todo vapor al Estado aprobando varias leyes. El
enriquecimiento rápido al que se está apostando va de la mano con la
aprobación rápida de leyes que el país no tiene tiempo de asimilar ni
institucional ni culturalmente.
¿Se irán las golondrinas?
¿Sobrevivirá el boom maquilero? La
creciente conciencia de explotación de muchas trabajadoras de las
maquilas, debido a los años de experiencia laboral, al crecimiento de su
personalidad y a la represión sufrida, puede estar conduciendo a una
fase de agotamiento del boom maquilero.
A pesar de que abundan los pronósticos de crecimiento veloz, más veloz
si se lograra una integración aparentemente imposible con México, la
limitación principal de esta frágil industria puede ser la falta de
motivación productiva que ya existe y que crece en las jóvenes. En un
inicio, vieron en la maquila los perfiles del sueño del Norte. Ahora,
sienten que este sueño paraliza, hasta físicamente, sus cuerpos.
¿Cómo responderán los empresarios? Tal vez con peligrosa
irresponsabilidad: desentendiéndose del personal consciente y
contratando a nuevas y más jóvenes operarias. Tratando de salvar a toda
costa a la golondrina de los huevos de oro.