Fuente: ERIC (Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación) Honduras
Centroamérica se ha llenado de desempleados y de maquiladores. 
Honduras va a la cabeza en la región. ¿Quién se queda con los huevos de 
oro de esta industria? ¿Volarán estas golondrinas? ¿O se quedarán en 
Honduras, su actual paraíso?
Durante junio y julio la pujante industria de la 
maquila ocupó las primeras planas en los medios. La noticia 
desencadenante, sin precedentes en la corta historia de la industria 
maquilera, fueron los desmayos consecutivos de unas 60 operarias a lo 
largo de 8 días, hecho ocurrido a fines de mayo en la maquila coreana 
PINDU de La Ceiba. A juzgar por los informes, estos desmayos fueron 
provocados por la falta de condiciones en la fábrica (hacinamiento, 
altas temperaturas, deficiente ventilación) y también por una histeria 
contagiosa. El Ministerio del Trabajo le dio a la empresa un mes de 
plazo para que solucionara sus condiciones ambientales. Según el 
Inspector del Ministerio, en la fábrica sólo hay capacidad para 150 200 
personas, pero trabajan 420.
Siguen los desmayos
Lo que pareció un hecho aislado ocurrido
 en un lugar relativamente marginal, causó profunda preocupación entre 
los empresarios nacionales, dueños de los parques industriales donde 
operan las maquiladoras, cuando los desmayos colectivos se repitieron en
 el corazón de la industria de la confección, el municipio de Choloma, 
contiguo a San Pedro Sula. El 10 de junio, más de 30 jóvenes de la 
maquiladora Won Chang  donde trabajan 600 jóvenes  se desmayaron en sus 
puestos de trabajo.
Las supervisoras coreanas de las líneas de trabajo achacaron los 
desmayos a razones sicológicas y se mofaron de las hondureñas. 
"Temblaban, sufrían de una opresión torácica y eran incapaces de llorar 
hasta desmayarse", dijeron, describiendo un típico cuadro de histeria. 
El presidente del COHEP (Consejo Hondureño de la Empresa Privada) afirmó
 que los desmayos colectivos "podrían estar siendo promovidos por 
sectores interesados en afectar este rubro". Juan Bendeck aludía así a 
la actual estrategia de los sindicatos textiles de Estados Unidos, que 
estarían intentando desprestigiar a la maquila centroamericana. Sin 
embargo, los inspectores del Ministerio de Trabajo constataron que la 
maquiladora Won Chang no reúne requisitos de higiene ambiental y acordó,
 con la empresa y con la Confederación Unitaria de Trabajadores de 
Honduras (CUTH), el cierre de la fábrica hasta que cumpla algunas 
cláusulas: dividir a las trabajadoras en dos turnos, mejorar la 
ventilación, establecer recesos de 15 minutos, etc.
"Taller de sudores"
¿Por qué la reacción  de suspicacia del más 
alto representante de la empresa privada hondureña? Entre los dos 
desmayos colectivos  el de La Ceiba y el de Choloma  se había 
constituido en Honduras un Equipo de Monitoreo Independiente (EMI) para 
supervisar el cumplimiento de los derechos humanos y laborales en KIMI, 
otra fábrica coreana ubicada en un parque industrial de La Lima, una 
ciudad del Valle de Sula, cercana a San Pedro. El convenio de monitoreo 
se firmó el 2 de junio entre la empresa extranjera y cuatro 
instituciones nacionales: el CODEH (Comité para la Defensa de los 
Derechos Humanos), la organización de mujeres CODEMUH, Cáritas de San 
Pedro Sula y los Jesuitas de Honduras.
La firma de este acuerdo despertó la abierta oposición de los 
empresarios y de sus medios de comunicación, que llegaron a contagiar 
con su rechazo a organizaciones sindicales. El promotor del EMI fue el 
CNT (Consejo Nacional del Trabajo) de los Estados Unidos y en parte, la 
propia empresa KIMI, atribulada por los cortes de contratos de las 
firmas estadounidenses compradoras de sus productos  GAP y MACY'S  e 
interesada en mejorar su imagen en cuanto a los derechos humanos. El CNT
 propuso a KIMI la fórmula del monitoreo independiente y el convenio se 
materializó, para escándalo de los maquiladores hondureños que 
denunciaron "la injerencia extranjera".
El "nacionalismo empresarial" se exacerbó más a causa de los 
estadounidenses del CNT que los medios destacaron. Entre ellos, Charles 
Kernaghan, activista de extraordinarios talentos organizadores, que 
desde los años 80 mostró su solidaridad con las luchas populares de 
Centroamérica en otros campos. Kernaghan había estado ya en otras 
ocasiones en Honduras, promoviendo el viaje a Estados Unidos de 
trabajadoras hondureñas que denunciaron ante el Congreso de los Estados 
Unidos los maltratos que sufrían en las sweatshops tropicales. Sweatshop
 significa literalmente taller de sudores,  y es la etiqueta con la que 
se cuestiona a una maquila del Tercer Mundo que no cumple con los 
derechos laborales.
No hizo falta ni mucho tiempo ni mucho esfuerzo para que los sindicatos 
hondureños reconocieran el espacio que un monitoreo del tipo del EMI les
 puede brindar, pues el objetivo central del convenio es supervisar el 
derecho de las trabajadoras a organizarse. Si el monitoreo favorece a la
 empresa limpiando su imagen y recuperando sus contratos, también 
favorece el respeto a los derechos de las trabajadoras. A la larga, este
 respeto se traduce en mayor productividad. Poco a poco, la acusación de
 injerencia extranjera se fue desvirtuando, entre otras cosas por el 
reconocido prestigio de las instancias nacionales que integran el Equipo
 de Monitoreo. 
Código de conducta
Los empresarios nacionales de la maquila 
invierten generalmente sólo en la infraestructura y administración de 
los parques industriales, mientras que los empresarios coreanos o 
estadounidenses invierten en la confección de la ropa y en la 
administración de las fábricas dentro de los parques. Con el tiempo, los
 nacionales se han ido dando cuenta de que la globalización tiene dos 
filos: uno que les favorece y otro que los limita. En unión con 
maquiladores de Centroamérica y el Caribe, los maquiladores hondureños 
celebraron el 28 y 29 de julio en San Pedro Sula el primer congreso de 
la industria de la maquila en el área. En él suscribieron, aunque sin la
 participación de los sindicatos o de los organismos de derechos 
humanos, un código de conducta para todas las empresas maquiladoras.
El interés por este código de conducta nació hace un par de años como 
fruto de la publicidad hecha entre los consumidores estadounidenses 
sobre las condiciones inhumanas existentes en las fábricas 
centroamericanas que hacían ropa para Wal Mart. Ante la presión de los 
consumidores, Clinton nombró una comisión, que incluyó a gigantes de la 
industria, como Nike y Liz Claiborne, y a representantes de grupos de 
derechos humanos y de sindicatos. El objetivo era formular un código de 
conducta que debían firmar voluntariamente las empresas que compran ropa
 confeccionada en el Tercer Mundo. Después de ocho meses de tensiones 
internas y de negociaciones, la comisión propuso un código de conducta, 
válido para maquilas estadounidenses y extranjeras. El 14 de abril de 
1997 Clinton dio su apoyo al acuerdo de la comisión.
Este código de conducta incluye, por ejemplo, la prohibición de 
contratar a menores de 15 años, limitar a 60 las horas de trabajo 
semanal y proteger el derecho de las trabajadoras a organizarse. Para 
que el código se cumpla, se convoca a las fábricas a emplear a monitores
 independientes, que trabajen junto a grupos de derechos humanos. En 
este contexto, el EMI de la fábrica KIMI es un paso histórico en el 
desarrollo de las relaciones laborales de Honduras. Y, aunque los 
empresarios hondureños lo atacaron visceralmente como una traición a la 
patria, tendrán que examinarlo con detención si quieren conservar sus 
contratos.
El boom de la maquila
La industria maquilera de Honduras es la 
primera en Centroamérica y la segunda en el Gran Caribe, después de la 
de República Dominicana. Es la tercera fuente de ingresos de Honduras 
des  pués del café y el banano. En 1996 generó 250 millones de dólares 
netos en valor agregado y dio trabajo a unos 75 mil trabajadores, un 75%
 de los cuales son mujeres.
Hay proyecciones de que la maquila llegue pronto a proporcionar 100 mil 
puestos de trabajo, no sólo en el rubro de prendas de vestir, sino en el
 rubro automotriz. El número de puestos de trabajo en la maquila podría 
duplicarse en sólo 3 años. El auge de empleo se nota en las cifras de la
 población económicamente activa (PEA) de Honduras. En un año, de 
octubre 95 a septiembre 96, la PEA subió de 49.5% a 51.6%, dándose el 
alza mayor en la participación femenina: pasó de 28.7% a 32.2%. Si esta 
tendencia se mantuviera durante 10 años, la PEA femenina se duplicaría y
 se acercaría a la masculina, acelerando cambios culturales que ya se 
están sintiendo, especialmente entre la juventud: independencia de la 
joven en el hogar, aumento de la maternidad precoz, crecimiento del 
machismo juvenil, con incremento de maras, etc.
En Honduras existen hoy 11 parques industriales  zonas libres de 
exportación  con casi  200 fábricas y otras 15 en construcción. La 
industria maquilera ha crecido rápidamente. Aunque las cifras van y 
vienen según las fuentes, como las golondrinas, muestran invariablemente
 una curva ascendente. De 1990 a 1996 el número de fábricas subió de 26 a
 casi 200, el número de trabajadoras de 9 mil a 75 80 mil, el valor de 
la ropa exportada a los Estados Unidos de $112 millones a 1 mil 200 
millones. 
Estas cantidades no expresan divisas que ingresan al país. Es sólo el 
valor de los artículos exportados. En general, ropa hecha con tela 
importada sin pagar impuestos. El beneficio que le queda a Honduras son 
sólo los salarios, el alquiler de las fábricas, el pago por servicios 
como la electricidad y poco más.
Competencia de México
Una limitación para el desarrollo de la 
maquila son los deficientes servicios nacionales de energía eléctrica, 
teléfonos y transporte. En 1993 y 1994, cuando se produjo la crisis 
eléctrica por el vaciamiento de la represa del Cajón y hubo continuos 
apagones, la industria maquilera tuvo una baja, en comparación con los 
años anteriores y con los siguientes. Otra limitación es la competencia 
de México. El Tratado de Libre Comercio (TLC) le da una ventaja del 28% a
 la producción de las textileras mexicanas, libres de impuestos de 
importación a los Estados Unidos. 
Honduras se beneficia de dos acuerdos preferenciales de comercio con 
Estados Unidos: la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) y el sistema
 generalizado de preferencias. Ambos le dan a Honduras, y a otros 
países, preferencias unilaterales y temporales. En 1996, el gobierno de 
Estados Unidos propuso una ampliación de la ICC para igualar el 
tratamiento que se da a los países de la Cuenca con el que se da a 
México por el TLC, en el rubro de prendas de vestir.  El Congreso de 
Estados Unidos es favorable a esa propuesta, pero exige requisitos: 
respeto a la propiedad intelectual, protección del medio ambiente y 
cumplimiento de las leyes laborales. Siendo metas difíciles de cumplir, 
los centroamericanos han optado por iniciar negociaciones para lograr un
 TLC con Estados Unidos.
Explotada o desempleada
El auge de la maquila va de la mano con 
la explotación de la mano de obra femenina. Predominan los bajos 
salarios, aunque son más altos que el salario mínimo, que es de 600 
lempiras. Según un estudio de Price Waterhouse en 1994, el salario de 
las operarias de máquinas de coser, cortadoras de tela y empacadoras era
 superior en un 41% al salario mínimo.
Existe un abismo entre el salario que se paga a la operaria en Honduras y
 el precio que tiene la prenda de vestir que ellas hacen en los Estados 
Unidos. Un pantalón Kathie Lee, que cuesta confeccionar 25 centavos en 
salario se vende en 19.96 dólares. El trabajo maquilador es monótono y 
repetitivo, se desarrolla a presión y en serie. Una muchacha pasa todo 
el día pegando cuellos de camisas que otra le amontona. Hay horas extra 
obligatorias  hasta 60 semanales , ambientes insalubres y calientes, se 
impide la sindicalización, se dan suspensiones y despidos 
injustificados, hay parcialidad del Ministerio del Trabajo a favor de la
 empresa y a veces, represión directa contra las obreras de parte de sus
 jefes inmediatos.
Esta explotación es posible por el alto índice de desempleo nacional, 
combinado con la competencia entre empresas y países por producir más a 
menos costo, con la complacencia del Estado hacia la inversión 
extranjera de la maquila como solución inmediata a los problemas 
sociales, con la defensa ideológica que hacen de la maquila los 
empresarios nacionales dueños de los parques industriales y con la 
amenaza constante de los inversores extranjeros de que levantarán el 
vuelo hacia países más favorables. Por eso se les llama "golondrinas". 
La amenaza de "volar" no la formulan directamente los extranjeros. De 
eso hablan los empresarios nacionales, especialmente los del norte, la 
Asociación de los Maquiladores, la Cámara de Comercio e Industria de 
Cortés y el COHEP. Dicen siempre que si se trata mal a la maquila ésta 
levantará el vuelo. Pero la realidad muestra lo contrario. Cada día 
llegan volando a Honduras nuevas maquiladoras.
A pesar de la obvia explotación, el pueblo que se beneficia con los 
salarios de las trabajadoras, y las mismas trabajadoras, están 
satisfechas con esta fuente de trabajo. En grupos de reflexión cristiana
 no es raro escuchar oraciones de agradecimiento a Dios por la llegada 
de una nueva fábrica al lugar y aun los críticos más severos reconocen 
que es mejor ser explotada que desempleada.
Mayor experiencia
Después de años, se nota ya que las jóvenes 
operarias de la maquila están entrando en una etapa de mayor 
experiencia. Son muchas las que cargan con cinco años de trabajo cansado
 y rutinario. Ya no son niñas. Muchas han adquirido responsabilidades 
familiares, y aunque quisieran dejar el trabajo no tienen un marido que 
las ayude a sostener a sus hijos. Las madres, aunque jóvenes, pelean con
 convicción, se enfrentan y buscan apoyo en sindicatos u organizaciones,
 aunque no han dado aún el paso de creer en las organizaciones 
sindicales o en asociaciones similares como un instrumento de lucha 
colectiva. En parte, porque los sindicatos no han atinado aún a tocar la
 fibra organizativa de estas mujeres, y en parte porque, frecuentemente,
 ellas apuestan por un estatus más definitivo para sus vidas.
¿Estancamiento a la vista?
Las trabajadoras que llevan algunos 
años en la maquila utilizan al sindicato en formación para que la 
fábrica las despida y así recibir una prestación, que de acuerdo a la 
ley puede superar los 10 mil lempiras.  Para no pagar esta prestación, 
la fábrica les hace la vida imposible, lo que genera un clima de 
incomprensiones mutuas, de indisciplina laboral (ausencias, llegadas 
tarde, quedarse en el baño) y de creciente represión (humillaciones de 
palabra, suspensiones, incluso golpes), lo que necesariamente disminuye 
la producción, dañando a la empresa y a las trabajadoras, como fue el 
caso en KIMI.
Después del boom inicial, la industria maquilera podría entrar en un 
estancamiento, por falta de una visión de largo plazo, por un 
cortoplacismo empresarial, que busca únicamente sacarle  el máximo 
provecho al capital invertido en el mínimo tiempo. 
Super refinería en Trujillo
El Gran Proyecto de Transformación 
Nacional (GPTN), anunciado en 1996 y diseñado para una inversión de 18 
mil millones de dólares, no considera a la maquila como eje del despegue
 económico de Honduras. Tiene otros ejes: la producción de energía para 
la exportación (refinería, represa), la minería, la madera, el turismo y
 la agroindustria, rubros que necesitan de grandes inversiones en 
infraestructura: carreteras, puertos y aeropuertos. El GPTN propone la 
construcción de una supercarretera que una el Atlántico con el Pacífico y
 la creación de una superzona triangular (Puerto Cortés Trujillo Golfo 
de Fonseca Puerto Cortés) donde se dinamice el desarrollo.
Pero, aunque la maquila, especialmente la de confección de ropa, no 
aparezca en primer plano en el GPTN, la inversión en infraestructura la 
beneficiará, facilitando que se desconcentre del Valle de Sula y vaya 
hacia el Aguán, al este, y hacia Comayagua, al centro del país, y quizás
 hacia el sur. Aunque el GPTN apueste a la agroindustria, no se 
desprende de la concepción maquilera, que ha transformado a Honduras de 
una Banana Republic en un Sweat shop Paradise. Uno de los proyectos 
millonarios del GPTN es la construcción de una supermaquila continental 
de petróleo: la refinería más grande de América Latina en la bellísima 
bahía de Trujillo.
Aunque el gobierno aún no le ha dado la aprobación ambiental y existe 
resistencia de los grupos ecologistas y de la Iglesia católica de Colón,
 Miguel Facussé, presidente de la Comisión Ejecutiva del GPTN sigue 
mencionando la refinería. Según el proyecto, presentado en 1994 antes 
del GPTN, la  refinería almacenaría hasta 20 millones de barriles de 
crudo para procesamiento, traídos a Trujillo desde países productores, y
 procesaría 150 mil barriles diarios para exportarlos a Estados Unidos, 
Colombia y otros países.
Facussé: supermillonario
El proyecto del GPTN ya está en 
movimiento, puesto que la Corporación CRESSIDA, cuyo presidente también 
es Miguel Facussé, acaba de recibir del Banco Mundial un préstamo de 55 
millones de dólares para manufactura y agroindustria. La manufactura es 
de productos de limpieza  producidos en Honduras y El Salvador  y la 
agroindustria incluye el cultivo de palma africana, de mango y de 
toronja, la fabricación de alimentos, bebidas y snacks, la refinación de
 aceites y la producción de productos derivados del tomate en México y 
en Nicaragua.
Las inversiones millonarias de Facussé  quien también ha incursionado 
como gran inversor en Cuba  conforman una especie de corporación 
multilateral que trasciende a Centroamérica y que pretende competir en 
los mercados de otros países. Por eso, mientras los maquiladores de ropa
 en Honduras se han quedado callados ante la aprobación de la nueva Ley 
de Protección del Consumidor por el Congreso hondureño, Facussé ha 
levantado su voz de protesta. A los primeros nos les va ni les viene el 
consumidor nacional, pero al "empresario patriótico" sí. Por el 
contrario, cuando los maquiladores protestan contra la supervisión de 
sus fábricas por "la injerencia extranjera", Facussé, el mayor exponente
 hondureño de la globalización, calla. 
En defensa de la globalización, Facussé también ha levantado la moral de
 los timoratos empresarios de Tegucigalpa integrados en la ANDI 
(Asociación Nacional de la Industria),  en ocasión de que el Ministro de
 Comercio, Industria y Turismo anunciara en junio que el grupo de países
 CA 3 (Guatemala, El Salvador y Honduras) se uniría a México en el TLC. 
Facussé  con sede en Tegucigalpa, aunque con inversiones por todo el 
país  les animó a no temer la necesaria globalización, pues Honduras se 
estaría convirtiendo en uno de los países más competitivos gracias al 
gobierno de Reina, que baja aranceles y disminuye el déficit fiscal. 
La candidatura del sobrino
El GPTN es una alianza política del 
gobierno con los empresarios, más en concreto del gobierno liberal de 
Reina con el grupo de empresarios que encabeza Miguel Facussé. En todo 
momento, el Presidente de la República y el empresario de CRESSIDA se 
han defendido y alabado mutuamente. Para Reina, Facussé es ejemplo de 
nacionalismo empresarial y de una visión positiva del país. Para 
Facussé, Reina es el estadista de gran perspectiva.
Si en las elecciones de noviembre ganara el opositor Partido Nacional, 
el GPTN probablemente no desaparecería, pero el entusiasmo por él 
mermaría. Por esta razón se adivina el interés del gran grupo 
empresarial por la candidatura liberal del sobrino de Miguel, Carlos 
Flores Facussé, Presidente del Congreso. Cuando el empresario y el 
representante del Banco Mundial firmaron el convenio de inversión de los
 55 millones para CRESSIDA, al lado del tío se encontraba sonriente el 
candidato liberal, satisfecho de añadir este tanto a la lista de logros 
alcanzados durante su gestión legislativa. 
Manzana de la discordia
Dentro de la alianza de Miguel Facussé con el gobierno liberal de Reina 
han surgido algunas fuertes contradicciones internas. La manzana de la 
discordia es la privatización de HONDUTEL (Empresa Hondureña de 
Telecomunicaciones), que sería adquirida por una empresa mercantil 
promocionada por el Consejo Directivo del GPTN. Según un violento 
editorial del diario Tiempo, "todo parece indicar que esta privatización
 se convertirá en un fabuloso negocio para un determinado grupo 
empresarial, que desde las alturas del poder aparentemente ha 
planificado la operación para quedarse no sólo con el recurso sino con 
el poder que esta posesión le conferiría en el futuro". 
Aunque Tiempo no menciona por su nombre al accionista privado, se 
adivina que se trata de Miguel Facussé, declarándose así la pugna 
existente alrededor del principal recurso del Estado  las 
telecomunicaciones  entre Facussé y el dueño del diario, Jaime 
Rosenthal, dueño también del parque industrial continental y de una 
variada gama de negocios agrícolas, industriales y financieros.
Centroamericanizándose
El Presidente Reina firmó en julio un 
acuerdo  en la línea del GPTN  con el Presidente de Nicaragua para crear
 un corredor interoceánico entre Puerto Cortés y Corinto. Según el GPTN,
 esta supercarretera debe unir el Atlántico con el Golfo de Fonseca. El 
acuerdo con Nicaragua contempla la extensión de la supercarretera hacia 
el interior de Nicaragua y la permanente apertura de las aduanas entre 
los dos países, que hoy se cierran cuando cae el sol. 
Aunque este acuerdo no menciona la maquila, la salida de la 
supercarretera al puerto nicaragüense de Corinto favorecerá posiblemente
 el establecimiento de fábricas maquiladoras en Valle y Choluteca. Y así
 como furgones con ropa maquilada en El Salvador sacan ya este producto a
 puertos guatemaltecos, furgones de ropa maquilada en Honduras podrán 
salir por el puerto nicaragüense. 
En la concepción del GPTN, Honduras aparece como el centro de la 
integración comercial  centroamericana gracias a este triángulo 
carretero, que también conectará el Atlántico hondureño con el Pacífico 
salvadoreño. La relación con El Salvador será más estrecha, ya que la 
organización promotora, regional y privada del GPTN  la Corporación 
Interoceánica de Centroamérica , tiene ya acuerdos entre empresarios 
salvadoreños y hondureños. 
El GPTN no arrancará del todo hasta que no se aprueben tres leyes 
fundamentales: la Ley de Concesiones, la reforma a la Ley Marco del 
Subsector Eléctrico y el Código de Minería. Son el pre requisito para 
atraer la inversión  extranjera necesaria. El papel del candidato 
liberal Carlos Flores Facussé como Presidente del Congreso es crucial 
para la aprobación de estas tres leyes antes de las elecciones del 30 de
 noviembre.
Machismo humillado
¿Existe alguna relación entre la maquila y la
 delincuencia? Aunque no se conocen datos numéricos, es frecuente 
escuchar hablar de los efectos que tiene la maquila en el crecimiento de
 la delincuencia en los barrios populares. Las colonias de San Pedro y 
Choloma, vecinas a las maquilas, han recibido muchos inmigrantes y en 
ellas proliferan las maras juveniles vinculados a una organización más 
amplia, que existe en varias ciudades y que se ve reforzada últimamente 
por los hondureños que llegan al país deportados de Estados Unidos. 
Una causa del incremento de la delincuencia es el hacinamiento en las 
cuarterías por la inmigración descontrolada. Por otra parte, como las 
maquilas no pagan impuestos municipales son cada vez más deficientes los
 servicios elementales  agua y desagües  en estas viviendas. Otra causa 
es el desempleo de los varones jóvenes quienes, frustrados al contemplar
 a dos o tres hermanas con empleo fijo, tratan de desquitar, en las 
calles y con esta manifestación de rebeldía contra la sociedad, su 
machismo humillado.
Asaltos a bancos en alza
La delincuencia golpea también a los 
empresarios de la maquila que, junto a los parques industriales o en 
conexión con ellos, han instalado bancos. Muchas maquilas suelen pagar 
en efectivo, pues las trabajadoras así lo prefieren para evitarse 
gestiones. Si en un parque hay 3 mil trabajadoras, el pago semanal mueve
 más de un millón de lempiras, que deben ser transportados desde el 
banco hasta las fábricas. Para las trabajadoras, el día de pago es 
tenso. A veces las empresas pagan sin anunciarlo, para que en el 
trayecto las trabajadoras no sean asaltadas en los buses por los 
ladrones. Pero sobre todo, para proteger de asaltos al vehículo del 
banco o al banco mismo.
Ramón Custodio, dirigente del CODEH, que participa en el Equipo 
Independiente de Monitoreo, ha pedido al gobierno que declare los 
asaltos bancarios un problema nacional y ha ofrecido cifras del aumento 
de estos asaltos: en 1993 hubo 11 y en 1996 fueron 53. Aunque su 
denuncia favorece a los empresarios, especialmente a los de la Costa 
Norte, Custodio argumenta que con el incremento en los gastos de 
seguridad privada para prevenir los asaltos se les encarecen a los 
usuarios los servicios del sistema financiero. 
En su denuncia, Custodio señala que la mayor parte de los asaltos a 
bancos dura entre 4 y 8 minutos, lo que revela un alto grado de 
sincronización, similar al de los operativos militares, lo que indicaría
 que en este tipo de delitos están implicados militares y ex agentes del
 desaparecido DNI (Departamento Nacional de Investigaciones). Esta 
hipótesis se refuerza con el dato de que el Banco de las Fuerzas Armadas
 nunca ha sido asaltado. 
Guerra económica
El boom de la maquila se inscribe dentro de la 
actual cultura de enriquecimiento rápido. Por un lado, alivia los 
efectos del desempleo y concentra en el norte del país el caldo de 
cultivo de la delincuencia. Por otro, favorece una "empresa informal del
 crimen organizado", donde están implicados los militares, cuyo móvil es
 también el enriquecimiento rápido con el fin de ponerse al mismo nivel 
de la empresa privada formal.
Junto a esta lucha por espacios económicos, existe otra fuerte 
competencia, también por espacios económicos, entre un empresariado más 
orientado hacia la producción de bienes y servicios para consumo interno
 y el empresariado maquilador, que aunque no depende sólo de la maquila,
 tiene en ella un importante punto de apoyo, independiente de los 
vaivenes que padecen los consumidores nacionales. 
Son grupos económicos que compiten por la privatización del Estado. Cada
 uno quiere su tajada y ambos aspiran especialmente a la de las 
telecomunicaciones. El grupo que se escuda para su crecimiento en el 
Gran Proyecto de Transformación Nacional se beneficiará más directa y 
medularmente de la realización de este Proyecto. Pero el empresario 
maquilador también se beneficiará lateral e indirectamente, por las 
inversiones que el Estado hará en energía, infraestructura y 
comunicaciones.
A nivel político, estos intereses empresariales parecen estar 
representados en las corrientes liberales, que se sienten seguras del 
triunfo electoral en noviembre, para después de las elecciones 
repartirse las cuotas de poder. Aunque la corrupción lo embadurna todo, 
los grupos empresariales vinculados al crimen organizado están más 
cercanos al Partido Nacional. Preparándose para la victoria, la 
corriente liberal florista, a la cabeza del Congreso, se encargará de 
modernizar a todo vapor al Estado aprobando varias leyes. El 
enriquecimiento rápido al que se está apostando va de la mano con la 
aprobación rápida de leyes que el país no tiene tiempo de asimilar ni 
institucional ni culturalmente. 
¿Se irán las golondrinas?
¿Sobrevivirá el boom maquilero? La 
creciente conciencia de explotación de muchas trabajadoras de las 
maquilas, debido a los años de experiencia laboral, al crecimiento de su
 personalidad y a la represión sufrida, puede estar conduciendo a una 
fase de agotamiento del boom maquilero. 
A pesar de que abundan los pronósticos de crecimiento veloz, más veloz 
si se lograra una integración  aparentemente imposible  con México, la 
limitación principal de esta frágil industria puede ser la falta de 
motivación productiva que ya existe y que crece en las jóvenes. En un 
inicio, vieron en la maquila los perfiles del sueño del Norte. Ahora, 
sienten que este sueño paraliza, hasta físicamente, sus cuerpos. 
¿Cómo responderán los empresarios? Tal vez con peligrosa 
irresponsabilidad: desentendiéndose del personal consciente y 
contratando a nuevas y más jóvenes operarias. Tratando de salvar a toda 
costa a la golondrina de los huevos de oro.