jueves, 7 de noviembre de 2019

Visita del CES Honduras a CCOO

El pasado día 7 de noviembre recibimos la visita del CES de Honduras organizada por la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas, F.S.P. La visita se encuadra dentro de la gestión de un contrato en el marco del programa EUROLABOR para apoyar las políticas públicas de empleo en Honduras. El CES Honduras es una de las instituciones socias en el proyecto y en este marco quisieron visitar una serie de instituciones españolas con el objeto de conocer los modelos españoles. A la visita acudió una representación de FIAPP, los miembros del CES Honduras entre los que se encuentran el Sector Obrero-Campesino, el Sector Empresarial, la Secretaría Técnica y una representación Gubernamental (Subsecretario de Estado de Trabajo y SS, Subsecretaria de Estado y Directora Técnica de la Secretaría de Coordinación General del Gobierno de Honduras). En el encuentro, intercambiamos experiencias de gestión y coordinación del Sindicato con el CES de España. Por parte de CCOO asistimos la Secretaría de Participación Insitucional, de la que depende la citada coordinación, y la Secretaría de Politica Social y Movimientos Sociales.



martes, 11 de junio de 2019

Apoyo de la Sección Sindical de CCOO en MAPFRE a la cooperación sindical

  • Los fondos donados por la SS CCOO-MAPFRE se destinarán al Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), organización a la que estaba vinculada la activista Berta Cáceres.




La Sección Sindical de CCOO en MAPFRE cuenta con 20 años de camino recorrido en la defensa de los derechos de trabajadores y trabajadoras de Mapfre. Al mismo tiempo, ha ido consolidando su compromiso en materia de cooperación al desarrollo apoyando, con ocasión de sus plenarios, iniciativas a través de Paz y Solidaridad. El 4º Plenario (2015) concretó su apoyo donando fondos al proyecto “Consolidación del poder de los trabajadores y trabajadoras de Haití mediante la sindicalización y la acción conjunta”, articulado a través de la Confederación Sindical de las Américas. Actualmente, el 5º Plenario ha formalizado su apoyo mediante la donación de los fondos al COPINH a sugerencia del Instituto Paz y Solidaridad de la Fundación 1 de Mayo.

La cooperación sindical que se articula desde Paz y Solidaridad prioriza:

  • La defensa de los derechos laborales y sindicales.
  • El trabajo digno y con derechos
  • La igualdad de género entre hombres y mujeres, entre países y entre generaciones

La actividad de Paz y Solidaridad se centra un principio: fortalecer a los sindicatos como agentes de desarrollo para avanzar hacia sociedades más justas y equitativas, garantizando derechos laborales individuales y colectivos.

Las principales cuestiones a las que hace frente la cooperación sindical en América son:

- amplias tasas de informalidad laboral

- importantes niveles de pobreza,

- movimientos migratorios entre países latinoamericanos, por personas desprovistas de derechos

- vulneración de derechos fundamentales, y violencia generalizada

- desigualdad en términos de pobreza, pero también entre hombres y mujeres

- los asesinatos de personas sindicalistas y defensores de derechos humanos.

Ante esta situación generalizada en todos los países de América Latina, apoyos como el de la Sección Sindical de CCOO en MAPFRE resultan claves para sostener el trabajo de personas que día a día afrontan las dificultades más básicas, e incluso el riesgo de perder la propia vida en su trabajo por los derechos de los pueblos. Una de estas personas, cuya vida fue segada en el camino de la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y medioambientales, fue Berta Cáceres.

Berta Isabel Cáceres Flores fue una líder indígena Lenca, feminista y lideresa del movimiento popular hondureño. Por su resistencia al modelo extractivo y defensa de los derechos del pueblo Lenca fue reconocida y ganó el Premio Medioambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas de medio ambiente. Menos de 1 año después de recoger el premio, Berta fue asesinada, el 2 de marzo de 2016, con 45 años, siendo Coordinadora General de COPINH. Su fuerte lucha contra el Proyecto Hidroeléctrico “Agua Zarca” de la empresa Desarrollos Energéticos SA -DESA- le costó la vida. Su asesinato ha sido fuertemente condenado por CCOO y por su Fundación 1 de Mayo, así como a nivel internacional.

La organización a la que se destinarán los fondos donados por la SS CCOO-MAPFRE es el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), fundado en 1993 por, entre otras personas, Berta Cáceres. El COPINH es una organización social y política, de carácter indígena, sin fines de lucro, pluralista, amplia, solidaria y unitaria de la zona sur-occidental de Honduras con incidencia nacional. Es una instancia que facilita la reivindicación y reconocimiento de los derechos políticos, sociales, culturales y económicos. sus pilares de lucha: el anticapitalismo, el antipatriarcado y el antiracismo.

Desde la Fundación 1 de Mayo se reconoce el compromiso de la Sección Sindical de Mapfre, defendido por su secretaria general, María Luisa López Alba, y apoyado por toda su Ejecutiva, a la que se felicita tras su nombramiento en este 5º Plenario recientemente celebrado.

jueves, 28 de febrero de 2019

Un total de 15 organizaciones reclaman justicia real para Berta Cáceres en la embajada de Honduras

Este sábado 2 de marzo se cumplen tres años desde el asesinato de la valiente defensora del medio ambiente y de los derechos de los pueblos indígenas, Berta Cáceres, y del intento de asesinato del defensor mexicano, y único testigo, Gustavo Castro, que estaba con ella. Por ello, CCOO junto con otras organizaciones se concentrarán mañana viernes día 1 de marzo a las 11:30 horas en la embajada de Honduras, en un acto simbólico en el que se colocarán unas siluetas en el suelo para simbolizar los y las activistas asesinadas en el país.

 
28/02/2019.

Concentración ante el aniversario de la muerte de Berta Cáceres



Nota de las organizaciones convocantes:

El 2 de marzo se cumplen 3 años del asesinato de la activista medioambientalista Berta Cáceres

Un total de 15 organizaciones reclaman justicia real para Berta Cáceres en la embajada de Honduras

Se concentran este viernes en la embajada de Honduras para exigir que todas las personas responsables del asesinato de la líder indígena sean llevadas ante la justicia.
Habrá portavoces disponibles para analizar el proceso judicial contra los autores materiales del asesinato dado que una de las organizaciones estuvo de observadora durante el juicio.
Las organizaciones piden también a la UE y los Estados miembro que apoyen el establecimiento de un tratado vinculante de Naciones Unidas sobre empresas transnacionales para poner fin a la impunidad corporativa.
Madrid, 28 de febrero de 2019.- Este sábado 2 de marzo se cumplen tres años desde el asesinato de la valiente defensora del medio ambiente y de los derechos de los pueblos indígenas, Berta Cáceres, y del intento de asesinato del defensor mexicano, y único testigo, Gustavo Castro, que estaba con ella. A finales de 2018 siete hombres fueron condenados como autores materiales del crimen en un juicio plagado de irregularidades en el que por ejemplo, la defensa de Berta y Gustavo Castro no tuvieron acceso al expediente completo ni a todas las pruebas del juicio. Por otro lado queda pendiente de que durante 2019 se inicie el juicio contra David Castillo, Gerente General de DESA, quien fue arrestado el 2 de marzo de 2018, el mismo día en el que el año pasado se celebrara otro acto pidiendo justicia por la defensora.

Las organizaciones Amigos de la Tierra, Amnistía Internacional, la Asociación de Investigación y Especialización sobre Temas Latinoamericanos (AIETI), Asociación Pro Derechos Humanos de España, Comisiones Obreras, Ecologistas en Acción, Entrepueblos, Fundación Calala, la Fundación General de la Abogacía, Iniciativas de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Inspiraction, Greenpeace, Mundubat, Paz con Dignidad, Red de Hondureñas Migradas, entre otras, han organizado un acto para este viernes en la embajada de Honduras, en el que se colocarán unas siluetas en el suelo para simbolizar los y las activistas asesinadas en el país.

El acto, que se enmarca dentro del llamamiento global que hace el COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras), que co-fundó y lideraba Berta, pretende llamar la atención de las autoridades españolas y hondureñas sobre el hecho de que tres años después de este terrible acontecimiento se sigue sin saber quién planificó el asesinato de la líder indígena Lenca. Las organizaciones reclaman que se investigue en profundidad y se enjuicie a todos los responsables del asesinato de Berta Cáceres, tanto a los perpetradores como a los patrocinadores, enviando un mensaje firme para prevenir más asesinatos de defensores de los derechos humanos.

Además, las organizaciones piden al Estado español que apoye el establecimiento de un tratado vinculante de las Naciones Unidas sobre empresas transnacionales y otras empresas con respecto a los Derechos Humanos para poner fin a la impunidad corporativa y que las personas afectadas por las actividades de las empresas transnacionales tengan garantizado el acceso a la justicia.

Más información

Berta Cáceres, conocida líder indígena y defensora del medio ambiente, quien recibió en 2015 el Premio Goldman (máximo reconocimiento para medioambientalistas, el denominado Nobel Verde); y el COPINH, hicieron campaña en contra de la construcción de una presa llamada Agua Zarca, por el impacto que ésta tendría sobre el territorio del Pueblo Lenca. Desde su asesinato, Amnistía Internacional ha documentado un patrón de amenazas y estigmatización creciente de aquellas personas que buscan justicia en su caso o denuncian acciones de empresas poderosas contra comunidades indígenas o campesinas locales.

sábado, 19 de enero de 2019

La vida en negro de las cuidadoras

Lo cuenta Gabriel Ubieto: La vida en negro de las cuidadoras

Tres hondureñas que trabajan o han trabajado como internas cuidando ancianos explican la precariedad de sus condiciones

Naomi trabajó como interna y ahora regenta un restaurante de comida tradicional de su tierra llamado La Casita del Hondureño

Si una semana tiene 168 horas, su jornada laboral puede llegar a ser de 160. Como si de una farmacia de guardia se tratara, deben estar disponibles a cualquier hora del día. A las que tienen las peores condiciones lo más frecuente es que solo les dé el aire de la calle los domingos. Muchas tardan meses o años en conseguir salir de la economía sumergida, con todas las inseguridades que ello conlleva. Son las que cuidan a los padres, madres, abuelos o tías de otro; les dan de comer, les duchan y, entre otros, les limpian. Son las cuidadoras internas.


En Catalunya, una de las comunidades que más manos aportan a este oficio es la hondureña. Según un informe de CCOO del 2017, el 81,7% de las hondureñas que viven aquí se dedicaban profesionalmente al empleo doméstico. No porque en su país haya tradición de cuidados o lleguen con una formación especial, sino porque lo que hay es una gran inseguridad e inestabilidad política. “Miedo”, “mafia” o “delincuencia” son algunas de las respuestas comunes que dan las protagonistas de este reportaje al ser preguntadas por la razón que les llevó a abandonar su tierra natal.

Un buen número de las hondureñas que viven en Barcelona están organizadas en la plataforma Mujeres Migrantes, un núcleo de solidaridad en el que comparten desde ropa o medicamentos hasta consejos sobre trámites o derechos básicos. Uno de sus puntos de reunión habituales se encuentra en el número dos de la calle Sant Manuel, del barrio de Vilapicina de Barcelona, y recibe el nombre de “La Casita del Hondureño”. Este restaurante lo regenta Naomi, que representa un ejemplo de éxito que no todas sus paisanas pueden compartir.

Naomi tiene 36 años y es la penúltima de siete hermanos. Nació en la región de Olancho, en Honduras, y se define como “espontánea”, “transparente”, es decir, “100% 'olanchana'”. En su patria natal, Naomi tenía un negocio muy similar al que regenta hoy en Barcelona. “Mi familia siempre hemos vivido de esto”, cuenta sentada en una de las mesas del restaurante. Su pareja, Marco Antonio, y el aroma que sale de la cocina corroboran su maña. Si Naomi se acabó decidiendo a venir a Barcelona, hace cuatro años, fue porque no podía afrontar el diezmo que le exigían unos mafiosos locales por mantener en pie su negocio.

El aterrizaje de esta cocinera hondureña sigue el mismo patrón que otras muchas historias. Llega con el contacto de un conocido, en su caso su hermana, que rápidamente le consigue una habitación donde quedarse (pagando) y un empleo de cuidadora interna. Las vías para encontrar trabajos son diversas y los grupos de Facebook o incluso páginas como Milanuncios son otras opciones.

¿Por qué el oficio de interna?
Sin permiso de trabajo ni de residencia es la vía más inmediata de obtener ingresos. Y, dado el tipo de trabajo, suele aglutinar a personas que no tienen más alternativa. El oficio de interna tiene un matiz añadido, al ser a dedicación completa y con pernoctación, no comporta gastos ni de techo ni de comida. Todo el tiempo de estas mujeres cruza en forma de dinero el Atlántico para ayudar a sus familias. Entre 700 y 800 euros suele ser el sueldo habitual, casi siempre impuesto, y muchas de ellas suelen reservarse para sí apenas 100 euros.

A Naomi un accidente laboral, de esos que para cualquier trabajador asalariado va parejo a una baja remunerada por incapacidad temporal, la dejó en la calle a los pocos meses de comenzar. Sin paro ni indemnización. Esa inmovilidad le obligó a recuperar su mayor talento y comenzó un pequeño negocio de reparto a comida a domicilio –ella cocinaba y Marco Antonio repartía- que ha acabado en La Casita del Hondureño.

"¿Enfermera? ¿Querrás decir auxiliar de enfermera?"
Acabar montando un restaurante con los suyos es una de las hipótesis que le ronda por la cabeza a Lisbeth, que lleva en Barcelona un año. Su hija tiene el título de chef en Honduras y su idea es acabar trayéndosela junto a su otro hijo en cuanto tenga la estabilidad suficiente y el dinero para alquilarse un piso. Actualmente es interna en una casa, cuidando a dos niños y haciendo labores de limpieza. Libra sábado y domingo. Está contenta, pues estar al cargo de los pequeños le recuerda su oficio de maestra en Honduras.

Es una persona cultivada, lo que no le ha evitado tener que aguantar comentarios racistas y despreciativos. Tanto sobre ella, como sobre los suyos. Lisbeth explica la anécdota de cómo reaccionó una anciana a la que cuidaba cuando le dijo que su cuñada quería ser enfermera. “Quizás auxiliar de enfermería”, cuenta que le contestó. “El maltrato se lo dan a las personas que son sumisas. Yo no soy una cucaracha, soy un ser humano. ¿Por qué tengo que permitir un maltrato?”, afirma contundente.

Alba, nombre ficticio, ha tenido ocho trabajos distintos desde que llegó en el 2015. En el peor, donde aguantó dos meses, tenía que cuidar de una octogenaria, de una masía de cuatro plantas y hasta del huerto. Cuenta que la obsesión de la señora provocaba que únicamente se alimentaran de caldo de verduras. "Tienes que adaptar toda tu vida a sus necesidades", reflexiona. Manías en la alimentación, horarios, rutinas… El déficit de sueño, si las personas a cargo exigen cuidados durante la noche, es una de las condiciones más duras, según coinciden las tres.

Alba cuenta la experiencia en otro trabajo, en el que apenas duró dos días debido al acoso sexual del anciano al que debía cuidar. Insiste, como Naomi y Lisbeth, en la importancia de plantarse desde un inicio ante cualquier abuso. “Respeto pide respeto”, afirma.

El tiempo es oro
Alba consiguió en agosto el permiso de residencia y, tras este, el de trabajo. Para el primero hay que acreditar tres años de arraigo y para el segundo seis meses de actividad económica. ¿Cómo conseguirlos si sin ellos es prácticamente imposible trabajar legalmente? El director del Centre d’Informació per a Treballadors Estrangers (CITE), Carles Bertran, reconoce que los actuales requisitos de la ley de extranjería empujan a la economía sumergida. Y para pasar el mínimo tiempo posible en ella, empadronarse y apuntarse a cursos de formación son dos elementos clave para acreditar la voluntad de construir un futuro en Catalunya.

Los “papeles” no son garantía de un mejor trabajo, pero sí amplían de manera drástica las posibilidades de escoger otro empleo. Naomi pudo con ellos abrir su restaurante, a Lisbeth le encantaría poder ejercer de maestra en Barcelona y Alba querría volver a ser encuestadora y recorrerse Catalunya como se recorrió Honduras.